Re: ¡Adios Eurovegas!
Creo que tenemos muchas virtudes, pero en algunos aspectos somos patéticos. España debería de ser la Florida de Europa y en su lugar hemos construido la bodeguilla de los borrachos británicos y la charca de Móstoles (sin faltar a los mostoleños, es una forma de hablar)
Somos un país de ocio y turismo con un 26% de paro y pretendemos dar lecciones al mundo sobre integridad, como si en nuestras ciudades no hubiera putas ni en nuestros periódicos anuncios de masajes con final feliz. Antes de ayer se fumaba en todas partes y de repente damos clases al mundo sobre los efectos nocivos del tabaco.
Solo con ver las opiniones se sabe si se ha estado o no en Las Vegas. Yo sí que he estado, con mi mujer y mis tres hijos menores de edad, por cierto. Y ni estuvimos de putas, ni fumando, ni jugándonos el apartamento de La Manga. Y no soy ningún hortera. Soy un profesional licenciado con estudios de postgrado y he viajado con mis hijos por todo el mundo y os aseguro que la visita en Las Vegas es de la que guardan un mejor recuerdo.
También leyendo opiniones se sabe quien conoce de primera mano lo que es un congreso internacional. No tienen ni puta idea del dinero que se mueve en alojamientos, restauración, transporte, logística, turismo y ocio en general. Y no tienen ni puta idea de lo que implica ser una de las sedes mundiales de Congresos, como lo son Orlando y Las Vegas, que deja lo de los casinos en algo casi anecdótico.
Estoy hasta los cojones del falso puritanismo y de los aires políticamente correctos que la clase política ha inculcado a la sociedad.
Hemos destrozado la costa, desechamos Eurodisney porque había que quitar unos naranjos, que después hemos arrancado para construir un adosado espantoso con vistas a un Carrefour y ahora despreciamos una inversión millonaria de ocio y servicios en un pedregal porque a los señoritos, que viven en el país de la corrección y la virtud les parece inmoral.
Qué más da que haya 6 millones de personas sin trabajo. Somos pobres, pero dignos!
Qué asco y qué hipocresía, de verdad