Propuesta final en 'Operación Chamartín': habrá 13.000 viviendas e iniciativa pública
- Tras dos días de jornadas maratonianas, Ayuntamiento, Adif y DCN celebran hoy una reunión clave, dirigida a consensuar la propuesta técnica definitiva para desbloquear el plan
15.06.2017 – 05:00 H. - Actualizado: 8 H.
El día D ha llegado. Tras seis meses de negociaciones, los representantes técnicos del Ayuntamiento de Madrid, Distrito Castellana Norte (DCN) y Adif intentarán arrancar hoy el principio de acuerdo que permita elevar a las autoridades el plan definitivo de la Operación Chamartín, según confirman varias fuentes conocedoras, y desbloquear así un proyecto que lleva un cuarto de siglo durmiendo el sueño de los justos.
Para lograr un final sea feliz, se decidió marcar esta semana un intenso calendario que ha llevado a las tres partes a mantener maratonianas jornadas de negociaciones este martes y miércoles, encuentros dirigidos a poder consensuar hoy, jueves, un boceto final, ya que un nuevo retraso haría prácticamente inviable poder aprobar el proyecto en esta legislatura.
Entre otros motivos, porque una de las claves del acuerdo es ceder al consistorio el liderazgo del plan, que dejará de ser una iniciativa privada para pasar a ser pública, y esto necesita una modificiación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM), que podría retrasarse hasta cerca de dos años. Con estas cartas sobre la mesa, el encuentro de hoy puede inclinar la balanza definitivamente en una u otra dirección.
El grueso de las conversaciones las han llevado, por parte del Ayuntamiento, el director general de Planeamiento y Gestión Urbanística, Carlos Lasheras; mientras que los intereses de DCN han estado defendidos por el prestigioso arquitecto Simon Smithson, del estudio Rogers Stirk Harbour Partners.
No obstante, en la reunión de ayer también estuvieron presentes el presidente de DCN, Antonio Béjar, y el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, que cuenta con el respaldo de la propia alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien se ha marcado como un empeño casi personal desbloquear este proyecto. Por problemas de agenda, no pudo asistir Juan Bravo, presidente de Adif, que estuvo representado por su número dos.
Aunque el acuerdo de los técnicos tome cuerpo hoy, todavía necesitará ser refrendado en los próximos días de manera institucional por la regidora, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el presidente de BBVA, Francisco González, principal accionista de DCN.
A partir de ahí, se iniciará toda la tramitación burócrativa del nuevo plan el cual, al exigir una modificación del PGOUM, requerirá volver a pedir los más de 40 informes vinculantes y las bendiciones de la Comunidad de Madrid, cuya presidenta, Cristina Cifuentes, ya dijo que acataría el acuerdo al que se llegara. A pesar de las llamadas de este medio, ningún portavoz oficial ha querido hacer comentarios.
La propuesta final sobre la que se trabajará hoy incluye el planteamiento que ya hizo DCN el pasado febrero de reducir un 20% el anterior número de viviendas, hasta situarlo entre 13.000 y 14.000. No obstante, el problema de fondo nunca ha estado aquí, ya que pueden promoverse hogares de 100 o de 150 metros cuadrados, si no en la edificabilidad total.
Por el lado de Adif, la clave está en lograr que todo el proyecto gire en torno a la estación de Chamartín, hasta el punto de que, en vez de hacer un diseño norte-sur, se ha consensuado otro con mayor peso este-oeste, y en que el pacto final no le genere ningún quebranto patrimonial, lo que conlleva intentar salvar el cheque de 1.200 millones que pactó con BBVA.
Para conseguirlo, la empresa del Ministerio de Fomento está dispuesta a hacerse cargo de las infraestructuras derivadas del soterramiento de las vías que hay en las proximidades de la puerta ferroviaria, sobre las que se harán dotaciones (servicios), ya que el gestor ferroviario también es propietario de suelo.
Suma y sigue, porque al haberse consensuado la iniciativa pública, será el consistorio quien deba tramitar todas estas autorizaciones y, una vez obtenidas, marcar las prioridades de qué debe construirse primero, ya que se ha garantizado dictar la
ordenación pormenorizada del ámbito, que suma 3,1 millones de metros cuadrados, labor que podría terminar instrumentándose a través de un consorcio donde estén representadas todas las administraciones.
En este sentido, el equipo de Carmena ha dado prioridad al nudo norte, para el cual tiene incluida en sus presupuestos una partida de 100 millones, al soterramiento de parte de la M-30 a esta altura, y a garantizar su modelo de movilidad en todo el ámbito.
También ha logrado arrancar en las conversaciones 185.000 metros cuadrados más para servicios públicos, lo que le permitirá elevar el porcentaje dotacional por encima de lo que marca la ley, limitar a seis las alturas de las viviendas en la zona norte del ámbito, es decir, entre la M-30 y la M-40, donde se creará un gran corredor verde, y hacer un nuevo centro de negocios alrededor de la estación de Chamartín, que conecte con el complejo de las Cuatro Torres.
En esta zona, al sur de la M-30, es donde falta por superar el último gran escollo, sobre el que girará el grueso de la reunión de hoy, que son los metros cuadrados totales del nuevo distrito de negocios que se construirá y donde DCN levantará el mayor rascacielos de Europa.
Para evitar que por las noches se convierta en una ciudad fantasma, como históricamente ha ocurrido en el complejo de Azca, la filial de BBVA y San José ha pedido que se puedan promover usos mixtos, lo que significa que en esta parte del ámbito habrá viviendas en altura, y un volumen de edificabilidad que todavía está por resolverse.
De hecho, una de las líneas rojas durante todas las negociaciones ha sido mantener el coeficiente de edificabilidad de todo el ámbito en el 1,05 previsto, pero jugando a elevarlo al sur de la M-30, y rebajarlo proporcionalmente en el norte.
Por lo que respecta al plan para potenciar la estación de Chamartín, la propuesta final incluye todo un nuevo modelo de organización del tráfico, que priorizará el acceso por las calles Agustín de Foxá y Mauricio Legendre, desviando así un poco la columa vertebral del proyecto desde el Paseo de la Castellana hacia la derecha, para equilibar mejor la integración de los diferentes barrios.
Esto, unido al intercambiador de metro, cercanías y autobuses de la estación, permitirá aligerar el tráfico del nudo norte, como quería el equipo de Calvo, y salvaguardar su esquema de movilidad en todo el ámbito. Todas unas mejoras que ya sólo dependen de que hoy las tres partes logren arrancar un principio de acuerdo que permita dar la luz verde definitiva a Operación Chamartín.
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