La rebaja de tipos de la Fed de 50 puntos básicos, anunciada por sorpresa el martes, favorece indudablemente a las empresas estadounidenses, que ven recortados los costes de financiación, y particularmente a las exportadoras. Las ventas de éstas se hacen más competitivas por el debilitamiento del dólar, que suele ir de la mano de los movimientos de relajación monetaria. Al menos teóricamente.
Si se cumple este comportamiento -ayer el índice dólar, que mide el valor de la divisa estadounidense con relación a una canasta de monedas extranjeras, subió un 0,36%- hay compañías de fuera de EEUU que también se deberían beneficiar. Es el caso de las empresas con mayor presencia en los mercados emergentes, que acostumbran a endeudarse en dólares e ingresar en su moneda, por lo que pueden mejorar su posición. Aunque se debe tener en cuenta que la sombra de una posible recesión global por el impacto de la epidemia del coronavirus es más amenazadora para estas regiones.
La Bolsa española tiene una gran exposición a países emergentes. Especialmente las grandes compañías, como Santander, Telefónica o BBVA, obtienen buena parte de sus ingresos en Latinoamérica. Pero hay muchas cotizadas españolas de menor tamaño muy dependientes de esos mercados, como Prosegur, y su filial Prosegur Cash, Codere, Ezentis o Amper.
En el lado opuesto, si la divisa de la primera potencia mundial se deprecia, perjudica a las compañías con presencia en EEUU, que facturan en dólares, por lo que repatrian a sus matrices menos al transformarlos en euros. Acerinox, ACS, Ferrovial, Gamesa, Grifols e Iberdrola son los principales valores del Ibex afectados por esta situación. Hay otros fuera del índice selectivo, como Ebro Foods, por ejemplo, que tiene ya más fábricas en EEUU que en España. Además salen peor paradas las empresas que exportan a Estados Unidos, ya que sus productos se encarecen por la apreciación del euro.
Los bancos también son teóricamente perdedores, ya que una rebaja de las tasas de interés oficiales, aunque esté localizada en EEUU, se traslada a toda su curva de tipos y, por contagio, a la de otros mercados. De acuerdo con esta lógica, el reciente movimiento de la Fed daría indirectamente más aire a los sectores europeos fuertemente endeudados, como las utilities (empresas de servicios públicos) y las telecomunicaciones. Saldrían ganando asimismo otras compañías con elevada rentabilidad por dividendo, como las Socimis, que aumentan su atractivo frente a los activos de renta fija.
En el mercado creen, sin embargo, que la lectura en esta ocasión debe ser algo distinta. El movimiento de la Fed, que posiblemente replicará el Banco de Inglaterra, y los que pueden llegar de otros bancos centrales "no persiguen ahora hacer más competitivas sus economías, lo que se está reflejando hoy [por ayer] en la reacción positiva del Dax alemán, con gran peso de exportadoras", comenta Pedro Cubillo, gestor de M&G Valores. "Se está buscando un bien general, no es que cada uno intente salvarse. Es una actuación más coordinada, que se va a complementar con programas de ayuda", agrega Jorge Lage, analista de CM Capital Markets.
Los expertos valoran positivamente que la Fed haya anticipado un recorte de tipos que los inversores descontaban para la reunión que celebrará el próximo día 18, porque trata de insuflar confianza en el mercado."Da un mensaje de estabilidad y tranquilidad. La economía no se puede parar por una enfermedad similar a una gripe. La Fed ha demostrado que va por delante, que hace las cosas cuándo y cómo debe hacerlas", sostiene Cubillo.
Pero muchos opinan que un abaratamiento del precio del dinero parece poco efectivo para afontar shocks de suministro desde China, y subrayan que hace falta que vayan acompañadas de políticas fiscales expansivas. "Las medidas que se están adoptando son una tirita para lo que podría terminar siendo una herida abierta", resumen los analistas de MacroYield.
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