Los impagos del alquiler se disparan pese a los préstamos blandos del Gobierno
El coronavirus está dejando muchos heridos económicos en el camino. Además de las desgraciadas pérdidas humanas (QEPD), los afectados en su bolsillo serán muchos más. Uno de los primeros efectos que ha provocado la parálisis de la actividad y consiguiente sequía en los ingresos de las familias ha sido el aumento de los problemas para pagar la vivienda.
En España, el porcentaje de viviendas en propiedad es del 76,1% y en alquiler del 17,5% en 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los bancos ya han notado un incremento de la
morosidad en sus clientes. En teoría, tienen músculo financiero para aguantar esta situación y más herramientas para mantener su rentabilidad.
El mercado del alquiler también está empezando a notar esas dificultades económicas. Desde que estallara la pandemia se ha producido un incremento de la morosidad desde el 5% al 15%, tal y como ha registrado la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler (Asval). La diferencia reside en que en este ámbito la gran mayoría de los arrendadores son particulares y esas rentas mensuales se convierten en un ingreso fundamental para sus economías.
La gente no quiere créditos