El BCE centra su plan de compras de emergencia en Italia y España
Registran sobrecompras de 8.100 y 1.700 millones de euros, respectivamente, en los primeros meses del nuevo plan de estímulos.
El Banco Central Europeo (BCE) ha arrojado luz sobre su Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), su plan de estímulos con el que combate la crisis del coronavirus y por el que prevé adquirir 750.000 millones de euros en bonos a lo largo de este año. Hasta la fecha todos los inversores estaban de acuerdo en la gran potencia de fuego de esta herramienta, pero su desarrollo permanecía completamente opaco.
Ahora eso ha cambiado. Según se puede ver en el desglose de las compras realizadas, la autoridad monetaria adquirió a cierre de mayo 234.665 millones de euros en el marco de este programa, de los que 37.365 se destinaron a la compra de deuda italiana y 22.392 millones a la deuda española. Son los países más beneficiados por esta herramienta, pues han gozado de una sobrecompra de 8.100 millones de euros en el caso italiano y 1.700 millones en el caso español.
Francia, por el contrario, se sitúa en el otro lado con compras por valor de 23,575 millones de euros, es decir, 11.700 millones menos de lo que le correspondería.
El reparto de las compras de deuda del BCE se hace tradicionalmente con arreglo a la clave de capital, es decir, a lo que cada país aporta al capital del banco central, una variable determinada por el PIB y la población de cada Estado. Sin embargo, el PEPP goza de una flexibilidad especial desde su origen que le permite centrar los estímulos en aquellos países o activos que más necesiten de la intervención del BCE. Por ello, en estos primeros compases de la crisis del coronavirus, ha desviado sus compras para centrarse en los países más vulnerables a una potencial fragmentación de los mercados.
Desde la puesta en marcha de este programa, el interés de la deuda española ha caído al 0,56% desde el 1,45% que llegó a alcanzar. El bono italiano, por su parte, ha caído hasta el 1,51% tras rozar el 3%.
Por ello, ha sorprendido a los expertos el dato alemán que, con 46.700 millones de euros, ha recibido compras por 1.200 millones de euros más de lo que le correspondería a pesar de que se esperaba aprovechar la flexibilidad del programa para llevar a cabo un importante descenso en la compra de deuda alemana por la estabilidad de sus bonos. La adquisición de títulos germanos, eso sí, parece haberse centrado en letras en lugar de en deuda a largo plazo.
Pagarés
Otra de las grandes características del nuevo programa de compras de deuda del BCE es que permite la adquisición de pagarés, deuda corporativa a muy corto plazo. Según los primeros datos publicados, de hecho, la compra de estos activos ha sido muy importante en el desarrollo de este programa, con adquisiciones por valor de más de 35.000 millones de euros. El peso de los pagarés en el nuevo PEPP es el segundo más importante tras la deuda pública y supera con creces los algo más de 10.000 millones en bonos de empresas, es decir, su deuda a largo plazo.
Según fuentes financieras, el mayor peso de los pagarés es un reflejo de las bondades de este programa, cuya flexibilidad ha permitido al BCE centrarse en la compra de títulos que cubren las necesidades más inmediatas de financiación de las empresas. Además, la compra tanto de pagarés como de letras permitieron a la institución que preside Christine Lagarde estabilizar el mercado monetario, que había sufrido fuertes tensiones en los primeros compases de la crisis del coronavirus.