El Colegio Electoral de EE.UU. certifica sin sobresaltos la victoria de Biden
HACIA UNA NUEVA CASA BLANCA
Uno por uno, los 50 estados de EE.UU. más el Distrito de Columbia han proclamado el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre
Los estados más madrugadores fueron Indiana, Tennessee y Vermont. El último, la diferencia horaria obliga, Hawái. Uno por uno, los 50 estados de EE.UU. más el Distrito de Columbia proclamaron ayer el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en sus respectivos territorios hasta confirmar y hacer oficial –e irrevocable– la victoria del candidato demócrata Joe Biden, que recibió siete millones más que su rival republicano, Donald Trump.
Las circunstancias en que los 538 compromisarios encargados de llevar a cabo este trámite tuvieron que trabajar son indicativas de la extraordinaria presión a la que ha sido sometida la democracia de EE.UU. ante la negativa de su presidente a admitir su derrota a pesar del nulo éxito de su ofensiva legal y política.
Las amenazas de violencia recibidas en los últimos días contra los protagonistas de la ceremonia –tildados de traidores por seguidores de Trump– llevaron al estado de Arizona a celebrar su reunión en un lugar secreto, al igual que hicieron en Wisconsin, donde los compromisarios oficializaron los resultados casi a oscuras, en un clima de tensión que nada tiene que ver con la ligereza con que se lo tomaron en Alabama, donde un Tío Sam hizo de maestro de ceremonias.
En Michigan los compromisarios entraron escoltados por la policía al Capitolio estatal, cerrado excepcionalmente al público. Como el mundo descubrió durante las protestas contra las medidas antivirus, las leyes de Michigan permiten entrar con armas a su cámara estatal. Cumplir un deber constitucional nunca había sido tan arriesgado.
A pesar de la presión ejercida por el presidente y sus simpatizantes, los compromisarios de los estados de Pensilvania, Michigan, Arizona, Georgia y Wisconsin dieron sus votos al candidato más votado por sus habitantes en sus respectivos territorios, al igual que ocurrió en el resto del país. No hubo trásfugas ni intentos de hacer descarrilar el proceso. Ninguno traicionó, como les había reclamado Trump, el resultado del voto popular en sus estados.
Fuente.- La Vanguardia