Será a partir de este año cuando a la rentabilidad del dividendo haya que sumar el retorno de la recompra de acciones, fijada en 50 millones de títulos al año, que, a los precios actuales, suman una rentabilidad de más del 3%. Esto le permitirá a Repsol superar un retorno del 9% en su retribución total al accionista, entre el pago en efectivo y la recompra.
El primero de los dividendos con cargo a 2020 se distribuyó en enero y fue el último en formato
scrip. El próximo se espera para el 7 de julio, por 30 céntimos brutos por título, alcanzando los 0,60 euros de dividendo anual ya mencionados. Repsol llevará a la
Junta General de Accionistas prevista para el próximo 26 de marzo la amortización de 40,49 millones de acciones con el objetivo de amortizar los títulos procedentes de la ampliación que conllevó el pago de enero.
De cara al dividendo con cargo a 2021 (pagadero el próximo año, entre enero y julio, previsiblemente), el efectivo se mantendrá en 60 céntimos, a lo que se añade la recompra de 50 millones de acciones. En total, la petrolera aspira a recomprar 200 millones de acciones a lo largo de los próximos cuatro ejercicios, a los que destinará entre 1.400 y 2.000 millones de euros que saldrán de su caja. La rentabilidad estimada de la recompra de títulos para este año es del 3,3%, con lo que su retribución al accionista supondrá un 9,2%, que irá creciendo cada ejercicio -a los precios actuales-. Se estima que la retribución alcance un retorno del 9,8% con cargo a 2022, primer ejercicio en el que subirá la cuantía del dividendo. Lo hará un 8,3%, hasta los 65 céntimos, y así consecutivamente, hasta crecer un 25% de 2020 a 2024, hasta un pago de 0,75 euros brutos por acción más los 50 millones de la recompra. La rentabilidad entonces volverá a cotas del 11% entre las dos vías de retribución.