Los medios afines al gobierno no hablan del malestar general entre la sociedad española por la crisis económica.
Tampoco hablan de la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia, ni dicen que los inspectores de trabajo van a ir a la huelga.
En realidad sería mejor que la inspección de trabajo redoblara sus esfuerzos y se pasara SIN AVISAR por los invernaderos de Murcia y Almería de vez en cuando.. la forma de fastidiar al gobierno es multando a las empresas, es decir inspeccionando más y sancionando más. Ya veis que hay empresas en la España perdida y olvidada que necesitan ser inspeccionadas a menudo:
La multinacional dice que la conformidad con la que ha cerrado un pleito no supone una asunción global de responsabilidad
Cosentino planea salir a bolsa este año. Conmigo que no cuenten para poner dinero, ni para comprar ninguno de sus productos.
Es terrible lo que se describe aquí, pero es NECESARIO leerlo:
La verdad es que una sanción de 40.000 euros para una empresa que factura 1.400 millones al año parece un chiste de mal gusto, teniendo en cuenta la gravedad del caso.
"La Inspección de Trabajo almeriense sancionó a Cosentino por primera vez en 2002 con 40.000 euros, pero no difundió una alerta nacional y advirtió de la dimensión del problema que se avecinaba. “Ni tampoco el Instituto Nacional de Silicosis, ni la Comisión Nacional de Seguridad Minera, los sindicatos o el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo lo hicieron”, añade el abogado. La primera vez que Cosentino informó con claridad de los riesgos del Silestone fue en abril de 2009 y fue, señala el letrado, “una reacción reactiva al caso de la marmolería Cid [de Bermeo] donde habían enfermado varios operarios, no motu proprio, como aclaró la Inspección de Trabajo de Bizkaia”. También subraya Martín el envío masivo de fichas que remitió Cosentino del producto Silestone a unos 3.000 marmolistas en julio de 2010."
"El operario denuncia que las mediciones realizadas por los servicios de prevención -en principio ajenos a la empresa y luego propios- evidenciaban los valores “disparados” de exposición al sílice que respiraban, pero estos informes nunca vieron la luz. En paralelo, relata una connivencia “histórica” entre la empresa y la Inspección de Trabajo radicada en Almería: “Una vez al año los jefes nos advertían una semana antes de la visita de la Inspección de Trabajo para parar las máquinas, escondernos en un foso y no salir hasta que acababa la visita”. Sobre estos avisos previos, fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social precisan que “en función del tipo de actuación, se avisa a las empresas para que estén presentes los delegados de prevención”.
Al menos aún queda gente en este país que hace bien su trabajo:
"El letrado reconoce el trabajo ímprobo de la inspectora de Trabajo de Bizkaia Livia Martínez, cuya “investigación exhaustiva” concluyó que el fabricante informó “de manera ambigua” a los marmolistas. “Se dejó las pestañas y generalizó el problema hasta provocar una alerta nacional a través del ministerio”, elogia. “Me llamó la atención la falta de sensibilidad y arrogancia de los responsables de Cosentino, al menos en los momentos iniciales”, destaca."