La controversia de pagar o no pagar mas impuestos, como comentan en algunas intervenciones anteriores, viene dada, en gran parte condicionada, por los grandes medios de comunicación, cuyos dirigentes y accionistas tienen metido en lo más profundo de su psique el liberalismo. Eso sí un liberalismo de posturero, en el que los principios del liberalismo se lo aplicas sólo a la gleba.
Si se es coherente con este pensamiento no se debería mendigar, ni exigir del Estado la más mínima ayuda, cuando las circunstancias se tornan desfavorables a tus intereses porque, si lo haces, en realidad lo que demuestras es una desmesura sideral en tu egoísmo. Un rostro de adamantium difícilmente compatible con tu vacuo discurso de autorregulación y parabienes del sacrosanto libre mercado. Ese en el que el mercado se regula sólo. Quiero decir, solamente cuando a mí me interesa, es decir, cuando me está jodiendo el mercado.
Es sorprendente el enorme grupo de neoliberales de pacotilla que han sido los primeros en ir a lloriquear a los gobiernos de turno para pedirles ayudas, como unos vulgares pedigüeños a la puerta de una iglesia, cuando ha arreciado la pandemia. ¿Estos señores no eran los que estaban todo el santo día queriendo reducir el Estado a su mínima expresión? ¿Entonces, que hacen ahora exigiendo, ni más ni menos, que ayudas al propio Estado al que hubieran desmantelado sin ningún reparo?
Señores, ¿somos adultos o unos niñatos malcriados? Si resulta que el mercado, la realidad o un jodido cisne negro, como el Covid-19, te manda al carajo con una hostia de realidad del tamaño de una hogaza de pan pasiego y antes eras el primero en señalar las paguitas de los subvencionados, no tengas ahora la poca vergüenza de ir a mendigar a los Estados. Te jodes y punto, porque si no el discurso del supuesto liberalismo auténtico, no se sostiene por ninguna parte.