El rally de la Bolsa no gusta a todos: los bajistas pierden 120.000 millones de dólares
Las posiciones cortas en la Bolsa estadounidense superan el billón de dólares, máximos de abril de 2022Gema Escribano
05 jul 2023 - 05:25 CESTLos inversores se resisten a bajarse de la corriente alcista que impera en las Bolsas.
Las expectativas de tipos más altos y los temores de recesión no han frenado el apetito por el riesgo. No obstante, día a día, son más los que advierten del exceso de complacencia. Con esta idea sobrevolando el mercado, los más desconfiados han empezado a afilar sus uñas. En las últimas semanas la Bolsa estadounidense ha experimentado un resurgir de los inversores bajistas. Las posiciones cortas superan el billón de dólares, un 16,27% más que a comienzos de año. Es el dato más alto desde abril de 2022 cuando el estallido de la guerra de Ucrania y el fin de los tipos cero fueron aprovechados por los hedge funds para ganar dinero con las caídas de la Bolsa estadounidense.
La estrategia que en el pasado reportó suculentos frutos esta vez no está teniendo el mismo resultado. El endurecimiento del mensaje por parte de la Fed no ha impedido que la Bolsa prolongue las subidas. Un hecho que es especialmente llamativo entre las firmas tecnológicas, las cotizadas que, como ya se demostró el año pasado, son las más penalizadas por las subidas de tipos. Las ganas de no quedarse atrás y el furor que despierta la inteligencia artificial han servido de catalizador. Esto ha provocado que los inversores que buscaban ganar con la esperada corrección se dejen por el camino 120.000 millones de dólares (más de 110.000 millones de euros).
Las apuestas bajistas son un fiel reflejo de la desconfianza que impera en el mercado acerca de la capacidad que tiene la Bolsa de seguir avanzando posiciones. Esta corriente se ve alimentada por la idea de que el grueso de las ganancias que registra la Bolsa obedece al tirón de las grandes tecnológicas,
firmas que a día de hoy son las que más peso tienen en el S&P.
La falta de amplitud en las subidas es vista como una amenaza. Si finalmente las expectativas que existen en torno a la inteligencia artificial no se traducen en mejoras de los beneficios y los ingresos esperadas, las valoraciones actuales se harían insostenibles.
Un caso llamativo es el de Apple, que con unas ganancias del 48,13% en el año el viernes pasado, superó los tres billones de capitalización bursátil, la única cotizada que ha logrado este hito.
La mayor parte de las posiciones cortas se centran precisamente en Apple, Amazon, Nvidia, Microsoft y Tesla. Los inversores bajistas no han cejado en su empeño y a pesar de las pérdidas registradas han seguido elevando su exposición a estas firmas. Por encima de todas sobresale el fabricante de vehículos eléctricos. Aunque la compañía que pilota Elon Musk no se caracteriza por cumplir con las previsiones de resultados, en lo que va de año se anota más de un 127% en Bolsa. Estos ascensos se han visto ampliados por
el récord de entregas registrado en el segundo trimestre. La campaña agresiva de rebaja de los precios le ha permitido dar salida a 466.140 vehículos en el segundo trimestre, un 10% que en el trimestre anterior un 83% más que en el mismo periodo del año anterior. A mediados de junio, los bajistas mantenían posiciones cortas en Tesla por valor de 26.000 millones de dólares, una estrategia que se ha traducido en unas pérdidas de más de 14.000 millones de dólares.
Desde el verano pasado los inversores han optado por la cautela en previsión de una recesión que aún no se ha materializado. De hecho, la economía se ha mostrado más resistente. La subida agresiva de los tipos no impidió que el PIB de EE UU creciera un 2% interanual en el primer trimestre por encima del 1,3% previsto.
La llegada del verano y la caída de la actividad que acompaña al periodo estival podría acelerar la tan esperada corrección. No obstante, algunos consideran que, aunque deseada, la consolidación podría seguir retrasándose. Más que por la temporada de resultados, que como ya se ha demostrado en campañas anteriores su poder catalizador es limitado, los expertos apuntan al cierre de posiciones cortas. En vista de los pobres resultados cosechados con esta estrategia, los expertos alertan de que los bajistas podrían empezar a deshacer sus posiciones y optar por recomprar las acciones. Esto daría rienda suelta a las ganancias. Unas subidas que en índices como el Nasdaq empiezan a dar vértigo. Aunque el selectivo continúa estando a un 13,95% por debajo de los máximos registrados en noviembre de 2021, a cierre de junio subía un 31,7%. Es decir, entre enero y junio firmó el mejor semestre de su historia.
Solaria, Enagás y Fluidra, en la diana de los bajista
Ibex 35. Más moderada es la presencia de inversores bajistas en la Bolsa española. Los hedge funds que aprovecharon las turbulencias financieras para aflorar posiciones cortas en las entidades vuelven a dirigir el foco hacia cotizadas que se ven perjudicadas por el alza de los tipos. A precios de mercado las posiciones cortas de los hedge funds en el Ibex 35 estaban valoradas en 1.066 millones, por debajo de los 1.136 millones registrados a finales de mayo.
Damnificados. Aunque en términos absolutos Cellnex (184 millones) y Telefónica (108 millones) son las cotizadas más afectadas en lo que a porcentaje de capital respecta, Enagás, Fluidra, Solaria y Sacyr se llevan la peor parte. Los bajistas tienen en su poder el 3,89% del capital de la energética, un porcentaje que equivale a unos 168 millones de euros. En el caso de Fluidra, los hedge funds tienen en sus manos acciones representativas del 3,28% del capital (113,37 millones). En el caso de Solaria el capital en manos de los bajistas alcanza el 5% (87,92 millones) y el 2,65% en Sacyr (56 millones). Según los registros de la CNMV, Bankinter es la única entidad bancaria en la que los bajistas han aflorado posiciones. Los hedge funds tienen en su poder el 1,22% del capital de la entidad que preside María Dolores Dancausa (64 millones). Desde febrero de 2022 el regulador exige que los inversores comuniquen las posiciones cortas de al menos 0,1% del capital, frente al 0,2% anterior.