No obstante, esto es aplicable a un portfolio fijo, donde la rentabilidad pasada puede ser R̄ = (1/n) * Σ(Ri) para un rendimiento medio de un número i de activos.
En mi opinión, es la metodología la que ha de validarse y de la que hay que calcular una esperanza. Ésta sí debe de tener un fundamento para garantizar una esperanza consistente.
En especial, lo pienso, cuando me llaman para ofrecerme un producto de especulación y no me garantizan un retorno medio. Parece que las finanzas fuera la única actividad seria y de riesgo financiero del mundo a la que no se le puede aplicar una metodología científica. Es decir, donde la gestora no tiene ni la más remota idea de adónde va, pero aún así, te pide que le entregues tus ahorros (para quien especule con fondos gestionados, no digo que sea mi caso).
Ello la equipararía a la altura de la astrología, la acupuntura, el psicoanálisis o el chamanismo, por citar algunas actividades sin base científica (no digo que sean o no eficaces, sino que no tienen base alguna para demostrar su eficacia). Igual alguien quiere jugarse 50.000$ a que si te pincho en la espalda te curo las cataratas o a que si te comes una seta viajas a Ganímedes. Espero que se entienda, con todos mis respetos por las creencias personales, a lo que me refiero.
Total, que es fácil hacer backtesting de la estrategia de uno, de manera que se generalice una metodología aplicable a cualquier activo financiero que cotice en un intercambio. Y probar su eficacia mediante la gestión activa bajo hipótesis cuya aplicación dé rendimientos estadísticamente conocidos y, en promedio, válidos entre diferentes clases de activos.
Cada maestrillo tiene su librillo, los que yo conozco, todos fueron perdedores que no cesaron en sus pruebas, en su refinamiento y, finalmente, empezaron a ganar dinero. Todo ganador fue un perdedor al principio, quiero decir. O eso dicen al menos, claro, que uno no se puede fiar ni de la sombra que le persigue todo el día.