Biotest deja 2.000 millones de deuda en Grifols sin aportar beneficio
El laboratorio catalán tiene una previsión inicial de que su filial alemana contribuya con 310 millones de ebitda en 2024. De momento, hasta el tercer trimestre del 2023, el resultado operativo es negativo
V. GómezA. Simón
De los 4.822 millones de euros en ingresos hasta el tercer trimestre de 2023 (las últimas cuentas presentadas por Grifols), únicamente 367 millones provinieron de Biotest. A nivel de resultados, la filial germana tuvo un ebitda ajustado negativo de cinco millones, que, por tanto, restaron ese resultado operativo del conjunto del grupo, que se quedó en 1.028 millones. La previsión de la compañía pasa por haber cerrado el final de 2023 con un ebitda ajustado de 1.450 millones.
Sin embargo, hasta ahora, ese resultado no ha llegado. En un informe del Banco Santander de la semana pasada se indicaba que uno de los hitos que el mercado espera para este primer trimestre es la finalización del ensayo clínico del medicamento de Fibrinogen, una proteína plasmática para el área de hematología de Biotest. En la guía aportada por Grifols en 2021, indicaba que ese producto podría tener entre 400 y 800 millones de tamaño de mercado, con una previsión inicial en aquella fecha de lanzamiento al mercado entre 2023 y 2024. De momento, entre los nuevos productos de la alemana aprobados se sitúa la inmunoglobulina Yinmungo, que generó únicamente 16,1 millones en ingresos en los nueve primeros meses del pasado año.
La entrada en Biotest
El laboratorio germano dispone también en el mercado de algunos productos más como las inmunoglobulinas bautizadas como IgG Next Generation y estudia en ensayos clínicos el Trimodulin frente a la neumonía. Además, Biotest aportó a Grifols una treintena de centros de obtención de plasma y una nueva factoría.
El fabricante de hemoderivados cerró la compra de Biotest en 2012. Se hizo con el 96,2% de los derechos de voto y con el 69,72% de su capital social. Pagó primero 1.091 millones por la participación de Tiancheng, asumió 318 millones de un préstamo y lanzó una opa por el resto del capital en la que se gastó 362 millones. Para afrontar la transacción, se endeudó en los citados 2.000 millones en una emisión de bonos.
Grifols pretende
convencer a los inversores de la mejoría en la salud del laboratorio en 2024 por el incremento de los márgenes –afectados tras la pandemia de Covid-19–, la reducción de deuda por la venta de Shanghai RAAS y, precisamente, por la aportación de Biotest a los resultados del grupo.
La semana pasada Grifols se desangró en Bolsa tras las acusaciones vertidas por Gotham en un informe, en el que acusaba al laboratorio de utilizar Scranton, una sociedad ligada a la familia Grífols, para rebajar falsamente su ratio de endeudamiento, que actualmente se sitúa en 6,3 veces deuda/ebitda. Grifols rechazó desde el martes las acusaciones de Gotham y, de hecho, las tachó de falsas, y acusó al fondo bajista de beneficiarse del ataque, ya que se embolsó 20 millones de euros en un solo día con la negociación de acciones.
La venta a Haier
En ese objetivo de reducir deuda, Grifols
intentó tranquilizar el domingo al mercado ratificando la operación de venta del 20% de su filial Shanghai RAAS al grupo chino Haier por cerca de 1.600 millones de euros. “Continuamos trabajando para cerrar el acuerdo tal como se planeó originalmente”, recoge ese documento remitido por Grifols citando las palabras de la vicepresidenta de Haier. El pasivo actual de la cotizada en el Ibex supera los 9.500 millones.
El traspaso a Haier, empresa que quiere diversificarse entrando en el sector de la salud, además, supone para Grifols una plusvalía de 250 millones.