A corto plazo, la política de Europa es tratar de sortear los charcos por los que la hacen pasar un pulso entre gigantes como son EEUU y China, pero a largo plazo es completamente suicida.
Europa podría jugar un papel decisivo en liderazgo social y político mundial. Una especie de referente aspiracional para las demás naciones que, estando en vías de desarrollo y con posibilidades de crecimiento muy superior a la europea, dentro de un par de décadas a lo sumo, decidirán las relaciones internacionales y geopolíticas.
Un espejo donde mirarse si realmente se desea una democracia con todas las garantías de un estado de derecho.
Un puente entre el lejano oriente, China e India, y occidente, pero ¿qué han decidido nuestros dirigentes europeos? Autoinmolarse siguiendo una perruna actitud de acatar sin rechistar los intereses de EEUU.
Algo que es extremadamente difícil de hacer comprender a los que están seducidos completamente con el modelo yankee es que EEUU NO TIENE ALIADOS, TIENE VASALLOS.
El problema es que EEUU no va a ser SIEMPRE la potencia hegemónica mundial y en la próxima década habrá un desplazamiento de la influencia geopolítica mundial hacia oriente y hacia un mundo multipolar.
Resumiendo, China se va a merendar a Europa de todas, todas, pero le iría mucho mejor si jugase un papel más determinante. ¿Cómo? Apostando por la neutralidad y los equilibrios en las relaciones diplomáticas y no por el gregarismo bovino al que la subyuga USA permanentemente.