El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves reducir los tipos de interés, en línea con las expectativas del mercado. Es el octavo recorte desde junio de 2024, con una bajada acumulada de dos puntos porcentuales, en un intento por reactivar una economía de la eurozona debilitada incluso antes de la creciente incertidumbre internacional generada por la política comercial de Estados Unidos.
Con la inflación ya en niveles cercanos al objetivo del 2%, y los tipos situados ahora en zona “neutral” —ni estimulativa ni restrictiva—, la atención se centra en qué hará el BCE en los próximos meses. La institución mantuvo su mensaje habitual: tomará decisiones reunión tras reunión, en función de los datos económicos que vayan apareciendo.
“El Consejo de Gobierno no se compromete con un rumbo concreto en materia de tipos”, señaló el BCE. La evolución de la inflación subyacente, el comportamiento de la economía y la eficacia de la política monetaria serán los elementos clave que guiarán sus próximas decisiones.
Se espera que la presidenta Christine Lagarde ofrezca más pistas en su comparecencia pública. La actual fase de estímulos, la más agresiva desde la crisis financiera de 2008, podría estar entrando en su recta final.
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