La bolsa no es el mejor sitio para hacerse millonario
La bolsa no es el mejor sitio para hacerse millonario
Publicado el 03-08-2009 , por José Antonio Fernández Hódar
Como nadie escarmienta en cabeza ajena, sabemos, a priori, que la lectura que les dejo para agosto no aprovechará a casi nadie. Pero con un sólo lector, uno sólo, que saque provecho de ella, nos daremos por contentos.
Tras treinta y cinco años invirtiendo en bolsa, y veintitrés escribiendo en EXPANSIÓN, sin que me hayan dado puerta, uno se puede permitir la licencia de dar su opinión con cierto conocimiento de lo que se está hablando. No se trata de publicar una relación de valores para que se gane dinero invirtiendo en ellos. Se trata de presentar, desde nuestra experiencia, las opciones que la bolsa ofrece al inversor. Adoptarlas o rechazarlas, es una libre opción de cada inversor. Meditarlas, no hará daño.
Con riesgos
La bolsa es el mejor sitio en el que rentabilizar sus ahorros, sacar una buena ganancia anual, pagarse las vacaciones, o cambiar de coche. Si la enfoca bajo este prisma, la bolsa le premiará más de lo que se imagina. Si intenta montarse en el dólar o dar el pelotazo de su vida, busque otro tipo de negocio o actividad porque, como digo en el titular, la bolsa no es el mejor sitio para hacerse millonario. Y si lo intenta, saldrá de ella con un buen roto en su patrimonio.
He aconsejado a algunos suscriptores, en el consultorio Premium, hacer caja cuando tenían unas plusvalías latentes que, en una de las últimas consultas, superaban el 70%. Lo he comentado en abierto y más de un “sabio” me ha llamado poco menos que ignorante, porque no entienden cómo se pueden poner puertas al campo, cuando la más elemental de las estrategias aconseja cortar en seco las pérdidas y dejar correr los beneficios.
Lo que no entienden es que una cosa es una tendencia alcista ordenada, con sus naturales recortes y respetando una directriz y otra, muy distinta, una escalada en vertical de los precios que recorren en cuatro meses el camino previsto para dos años. En el primer caso vale la máxima: dejar correr los beneficios; en el segundo, hay que dejar el que el último 10% se lo gane otro.
A aquellos que sostienen que a largo plazo siempre se gana en bolsa, les invito a dar una mirada a la bolsa española, en gráficos de largo plazo. Encontrarán una veintena de valores que tras haber duplicado o triplicado un nivel de precios, diez años más tarde han regresado al punto de partida.
Si no se quieren molestar les cito sólo un ejemplo. BBVA cotizaba en 1997 a 6 euros, en el año 2000 a 14, en 2002 y 2003 a 6 euros, en 2007 a 19 y, durante este año, a 5 euros. Estarán conmigo que tiene poca gracia haber comprado a 6 euros, haber visto primero duplicada la inversión; luego triplicada, para encontrarse en marzo de este año las acciones a menos de 5 euros. Yo no le voy a dar la receta magistral, porque no la sé. Pero si le voy a recordar una máxima: el dinero ganado en bolsa es un préstamo que hay que devolver con altísimos intereses.
Y la conclusión es que hay que saber salirse cuando la bolsa nos ha dado en poco tiempo lo que renta un activo sin riesgo en cinco o diez años.
Hay otros, incapaces de estar, no ya ocho meses, sino ocho días en liquidez. Son los que antes de vender un valor te están preguntando qué compran. Los hay que presumen de hacer hasta 15 operaciones por semana. BME los tendrá entre sus clientes preferidos. Algún día, deben hacer balance y quizá se sorprenden al observar que la bolsa y el intermediario han ganado más que él.
Hay otra razón contra la operativa a corto rabioso: es la más difícil y la más complicada. Hay que tener la vista de un lince, la agilidad de un simio para ir saltando de rama en rama y ser más listos que el hambre. Los hay, pero son una minoría. Si no goza de estas tres características, olvídese del corto rabioso, porque, poco a poco, le limpiarán la cartera.
Múltiples instrumentos
Luego están los derivados, perfectos instrumentos para utilizarlos como cobertura de la cartera de contado, pero terroríficos para los que juegan con ellos. Como hay una legión de jugadores, es normal que antes de que se vayan a los casinos, los intermediarios les proporcionen sofisticados productos.
Curiosamente, la mayor parte de los jugadores con derivados provienen de la bolsa. Lo han hecho mal en el mercado de contado y se van a los derivados, donde le terminarán de dar la puntilla. Es probable que piense que a usted no le va a pasar, pero he visto a demasiada gente, que iba de sobrada, cargarse su patrimonio o tener que hipotecar sus bienes.
Por último, recordarle que sólo gana mucho dinero en bolsa quien tiene mucho dinero. El 40% de tres millones de euros es mucho dinero, de tres mil, da para bien poco. A la hora de invertir no hay que contabilizar los euros que se ganan. Hay que mirar el porcentaje y compararlo con la rentabilidad de los activos sin riesgo.
http://www.expansion.com/2009/08/02/inversion/1249245797.html