"La recuperación tendrá forma de X porque nadie tiene ni idea de cómo será"
Gonzalo Lardíes es uno de los gestores más conocidos de España. Desde que saltara a la fama al frente de Metavalor, ha pasado por Edmond de Rothschild y ahora gestiona su fondo BPA Fondo Ibérico Acciones en la Banca Privada D'Andorra, con una filosofía mezcla de value y gestión activa. Lardíes tiene una visión muy ácida de la realidad económica y empresarial española: asegura que ya no se fía de nadie y que nadie tiene ni la más remota idea de cuándo y cómo llegará la recuperación.
- Este año ha permitido curar las heridas de 2008 en los mercados, pero ¿es fiable esta subida?
- Todos los mercados suben -bolsa, bonos, materias primas- por la enorme cantidad de liquidez que se ha puesto en circulación. Pero está por ver que la recuperación sea sólida. El volumen fue al principio muy elevado, pero luego se ha reducido mucho. El pequeño inversor está empezando a entrar ahora, porque se ha perdido toda la subida, y siempre suele llegar tarde. Además, se están formando varias burbujas, como la de los bonos, que acabarán por estallar.
- Entonces, ¿qué hay que hacer ahora? ¿Comprar o vender?
- Es difícil saberlo, pero de esta crisis hay que quedarse con el aprendizaje. Es arriesgado volverse ahora loco porque todo sube, pero igual de peligroso es volverse conservador durante los próximos 20 años, porque perderás muchísimas oportunidades. Ahora todo el mundo dice que su objetivo es preservar el capital, pero ¿cómo se hace eso invirtiendo en bolsa? Es una mera estrategia de marketing, pero si tomas riesgos no puedes decir que preservas el capital.
- ¿La situación económica justifica esta recuperación de la bolsa?
- Yo creo que no estamos en una recuperación en forma de V, ni de W, ni de L, ni de raíz cuadrada, sino de X. Porque nadie tiene ni la más remota idea de cómo va a ser la recuperación, es una gran incógnita. La situación actual de la política económica no se había visto nunca en la historia y no se sabe cuáles van a ser las consecuencias; no hay precedentes. Las empresas están reponiendo los inventarios después de mucho tiempo sin hacer compras por la crisis -de ahí los buenos resultados de este trimestre- pero no saben si los van a poder vender.
- ¿Y qué opina de España?
- La situación es muy negra, pero no tanto como muestran las estadísticas oficiales. Por ejemplo, hay un millón de parados que no son reales. Y un fraude fiscal brutal. Es imprescindible en este país una inspección fiscal y laboral que funcione, y si fuera así, la economía marcharía mucho mejor. No me creo ya ningún dato económico ni tampoco la contabilidad de las empresas.
- Entonces no haría falta la subida de impuestos, ¿no?
- Nos perdemos en si hay que subir impuestos a las rentas altas o a las medias, pero nos olvidamos del problema fundamental. Esto es como un restaurante. El dinero se hace con muchos que van a comer de menú, no con unos pocos que piden de carta. Pero si la mitad de los clientes se va sin pagar, te da lo mismo subir los impuestos a los unos o a los otros. Lo que tienes que conseguir es que todo el mundo pague.
- Por tanto, ve muy difícil la recuperación en nuestro país
- Nuestra crisis es básicamente inmobiliaria y sólo puede ir a peor, porque no se pueden alargar más los plazos de las hipotecas y los tipos no pueden bajar más. Es peor que las crisis de los 80 y de los 90. Y la situación del Estado tiene cierta similitud con la de esas personas que, cuando se quedan sin dinero, piden una tarjeta de crédito nueva y se van a cenar fuera y a comprarse ropa cara. Es la ilusión de tener un dinero que en realidad no tienes, y que no deberías gastarte alegremente. Porque un día el banco te dirá que tienes que pagar. Y siempre te lo dice en el peor momento.
- ¿Qué opina de la situación de la banca?
- A la banca le ha venido muy bien la inflación para crecer, porque tenía un entorno de tipos muy bajos y de precios al alza, que le permitía endeudarse cada vez más y obtener grandes rentabilidades de su inversión. Pero el castillo se ha venido abajo. Ahora tiene que renovar esa deuda a tipos mucho más altos y se lo traslada al cliente. Además, el rescate de la banca ha premiado a los más se han arriesgado y ha castigado al prudente; se ha perdido el aliciente para hacer bien las cosas. Respecto al baile de fusiones, son una patada a seguir y no sirven para nada porque muchas entidades están muertas.
- ¿Cómo ve la industria de gestión en este contexto?
- También tiene un panorama muy complicado.Antes, una gestora podía vivir con 300 millones de euros de patrimonio; ahora, con menos de 400 es imposible sobrevivir. Las firmas extranjeras han reducido sus equipos a la mitad de lo que eran hace dos años. Mucha gente está intentando vender la gestora, pero el problema es que no hay compradores porque este negocio ha dejado de ser rentable. Y otros quieren convertirse en Eafis (empresas de asesoramiento financiero) para poder llevar la representación y comercialización de gestoras extranjeras sin tener estructura, aunque ése no es el fin para el que se creó esta figura.
- ¿Qué tal va su fondo?
- Hemos recuperado bastante de lo perdido, con una ganancia del 28% en 2009. Pero está siendo un año muy complicado con toda esta incertidumbre. Tenemos que esperar a que todo se tranquilice y ver dónde nos deja la riada; y a partir de ahí, tomar decisiones.
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