Trader versus Inversor
En el mundo de las inversiones hay ciertos conceptos que tienden a confundirse y que hacen referencia sobre la forma de negociar. En ese sentido, habitualmente nos referimos a inversores de largo plazo y traders de corto plazo.
Los inversores se basan de hacer análisis exhaustivos con una órbita temporal amplia, en busca de lograr un rendimiento atractivo para el futuro a largo plazo. Las inversiones perduran mucho tiempo, incluso décadas hasta que uno decida finalmente a desprenderse de un activo en particular. Cuando uno se posiciona en acciones, puede dejar pasar el tiempo y en el medio obtendrá utilidades por apreciación de capital, dividendos, splits de acciones y más.
Estar informado es clave para el inversor. Los inversores, en general, necesitan más capital al inicio, ya que la mayoría de los inversores confían en que sus posiciones necesitan resistir un número de cambios en el mercado durante el tiempo en el que la posición está abierta.
La idea del inversor es crear reembolsos gradualmente sobre un periodo de tiempo. Asi mismo, diversificar es clave dado que un balance negativo o una gran noticia que sacuda a los mercados pueden acabar en un solo día con el valor de una inversión paciente y largo plazo.
El trader vive el minuto a minuto, y puede lograr beneficios sustanciales en plazos muy breves de tiempo. Si el inversor clásico de los mercados se tomará las cosas con más calma y visión a futuro, los especuladores del día a día abren y cierran posiciones en unos minutos…o incluso segundos.
En el caso de los traders, los análisis son de corto plazo y se hacen más en función de una perspectiva técnica, analizando movimientos, viendo tendencias, etc, para determinar si una acción podría iniciar una tendencia alcista o bajista en el corto plazo. En cierta manera el trader se asemeja más a la figura del especulador. Amenudo buscan sacar ganancia de algún movimiento brusco cortoplacista del mercado o apostando a la baja de algún activo en el corto plazo. A diferencia de los inversores la mayoría de los traders son seguidores de la venta en corto.
El trabajo del trader especulador es activo y nunca termina. Siempre habrán análisis fundamentales y datos técnicos prestos a modificar un valor. Por eso es que basta con abrir una posición y esperar el momento justo del cierre. Esto no sucede cuando se decide invertir en la forma tradicional.
Los traders eligen especular en el día a día de los mercados. Cualquier gran anuncio político, de información económica, etc, puede abrir una enorme ventana de posibilidades que el trader habrá de explotar al máximo. Por eso es que para que un trader se decida a comprar o vender un instrumento en particular, debe tener muy en cuenta si hay o no pronósticos de volatilidad.
Para el trader, comprar y vender es casi un reflejo que apuntan al movimiento más mínimo durante el día para crear sus propios beneficios. Se seleccionan los beneficios y se utilizan los stops para ayudar a los operadores a gestionar sus entradas y salidas, ya que los traders colocan muchas operaciones simultáneamente por sesión.