Surgió en mayo de 2009, cuando los Gates y Buffett comenzaron a reunirse en privado con personalidades como David Rockefeller y George Soros, entre otros.
En las reuniones, según cuentan Bill y Melinda en su carta de adhesión al proyecto publicada en internet, debatieron "acerca de lo que hacíamos o no hacíamos por los demás". "Dar a los demás hace tu vida más rica", coincidieron. Muchos de ellos ya tienen fundaciones sin ánimo de lucro.
En las reuniones que han mantenido a lo largo de todo este tiempo, el número de asistentes se ha ido ampliando. Hoy son ya 40 las personalidades dispuestas a donar, en vida o después de muertos, la mitad de su fortuna (o más) para que se destine a la causa filantrópica u organización caritativa que ellos deseen. Entre los 40 se encuentran Rockefeller, Soros, Michael Bloomberg (alcalde de Nueva York), el empresario de medios de comunicación Ted Turner o el director de cine George Lucas.
Warren Buffett, el tercer hombre más rico del planeta, después de Carlos Slim y Gates, se ha comprometido a donar nada menos que el 99% de su riqueza. Este empresario cree que "tener una gran colección de posesiones termina por poseer a uno mismo" y asegura que, aunque él y su familia seguirán viviendo "cómodamente" con el 1% de su dinero, el resto "puede causar un gran efecto en la salud y bienestar de los demás".
El matrimonio Gates continuará la labor que ya lleva a cabo su Fundación. El objetivo es acabar con el rotavirus, uno de los virus más infecciosos que existen, que produce diarrea, vómitos y deshidratación y que cada año mata a medio millón de niños.
David Rockefeller, banquero y heredero de la fortuna de los magnates del petróleo, es otro de los participantes en la iniciativa. Sus retos: la pobreza, la salud, el desarrollo sostenible y la degradación del medio ambiente. "Me llena de alegría que Bill y Melinda Gates hayan contado conmigo para esta iniciativa y espero que otros acepten también el reto", sentencia Rockefeller.
No sólo los grandes empresarios son los protagonistas de la lista del "reto de los 600.000 millones", como los llama Fortune. Caras conocidas como las del director de cine George Lucas, entre otros, también han querido colaborar. La misión del cineasta es continuar con el proyecto de su fundación, cuyo objetivo es mejorar la educación, innovar en tecnología, crear nuevas escuelas e implicar a padres, profesores y estudiantes.
"Necesitamos promover el pensamiento crítico y la inteligencia emocional", explica Lucas en su carta de adhesión al proyecto. "La educación es la clave de la superviviencia de la raza humana", sentencia.
Muchos de los multimillonarios que se han unido a la causa de The Giving Pledge lo hacen, no para dar lo que les sobra, sino porque creen realmente que es mejor que sus fortunas se utilicen ahora en lugar de que pasen de generación en generación.
¿Autopromoción, lavado de conciencia? Los multimillonarios Herbert y Marion Sandler lo niegan rotundamente y afirman que lo hacen por "mejorar la vida de la gente".
Sin embargo, las ideas que baraja los promotores de la iniciativa para motivar a los ricos a que donen pasan por hacer una película de sus vidas, convocar una conferencia de donantes o conseguir un reconocimiento del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Además, los multimillonarios insisten en alabar a otros solidarios que, sin tanto dinero, también están luchando contra la pobreza.
"El éxito en ayuda al desarrollo requiere mucho más que financiación", señala David Rockefeller. "La filantropía eficaz requiere paciencia para superar los obstáculos, y paciencia para escuchar las ideas de los demás", agrega.
De hecho, la carta de presentación del grupo de The Giving Pledge cuenta de dónde surgió la inspiración de crear el mismo: "De dos millones de estadounidenses que contribuyen generosamente (y, a menudo, con un gran sacrifico personal) a hacer de este mundo un lugar mejor".