Fuente: ABC.es 27 mayo 2007
Rebelión a bordo en Astroc, que deja a Bañuelos fuera de juego
MIGUEL LARRAÑAGA
/ MADRID.
Pretender que después de una caída bursátil que llevó el precio de las acciones desde los 72 a los 15 euros no iba a pasar nada era demasiado incluso para Enrique Bañuelos, el creador del mayor fenómeno bursátil en el parqué español desde los tiempos de Terra.
Cuando todo era subir -y llegó a multiplicar por 11 su precio en menos de un año-, todo era alegría. La pequeña Astroc iba haciendo amigos e incorporando a su accionariado a accionistas relevantes. Así, se convirtieron en compañeros de viaje de Bañuelos empresarios como la familia Nozaleda, Carmen Godia, Félix Abánades o Amancio Ortega.
Ahora, tras el mayor cataclismo de la Bolsa en los últimos tiempos -también en esto imitó a Terra-, los socios se han rebelado imponiendo a Bañuelos sus condiciones para intentar enderezar el rumbo de una nave que llevaba demasiado tiempo a la deriva de una gestión peculiar y personal como la protagonizada por su presidente.
En esta «rebelión a bordo» cada uno de los accionistas significativos de Astroc partía de una situación concreta y con unas obligaciones concretas, pero al final todos han negociado prácticamente lo mismo: una gestión profesional a cambio de aumentar su participación en el capital y poner toda la carne en el asador para atajar la crisis.
Sin duda, quien mejor posición de partida tenía era Félix Abánedes, presidente de Rayet, ya que su participación accionarial tenía fecha de caducidad merced a una opción de venta firmada con el propio Bañuelos a un precio de 40 euros que debería haberse ejecutado este mismo mes.
La participación del 5% que Rayet mantenía en Astroc procede de la compra por la inmobiliaria valenciana de Rayet Promociones, una de las partes integrantes del Grupo Rayet. Algo no debió gustar demasiado a Félix Abánedes que en plena explosión del valor de Astroc firmó un compromiso de venta de sus acciones de la inmobiliaria. Igual daba que cotizara a 15 euros, que Rayet iba a recibir 40 por cada título.
Sin embargo, Abánedes accedió a negociar su continuidad en el capital de Astroc y en el mercado se asegura que en este cambio de actitud tuvo mucho que ver la actitud de otros accionistas, dispuestos a forzar a Bañuelos a la pérdida de la mayoría del capital. Así, cuando el accionariado consiguió imponer el fichaje de un consejero delegado como máximo ejecutivo, Rayet cerró un nuevo acuerdo con Bañuelos. En lugar de venderle su 5%, Bañuelos le cedería otro tanto y además le compensaría con 50 millones de euros. Sintomáticamente, con esa venta, Bañuelos perdió la mayoría en Astroc.
Pero las cosas no han parado aquí y la familia Nozaleda, propietaria de Nozar, también se sentó a negociar. Su situación era bastante distinta, con un contrato que obligaba a Nozar a comprar más acciones, hasta llegar al 10% del capital y que, lógicamente, iba a costarle mucho más barato tras la caída bursátil.
Según un comunicado de Astroc a la CNMV, Nozar ha cerrado la compra de un 17,37% adicional de Astroc a Bañuelos a un precio de 12,4 euros por acción. El importe de la operación supera los 261 millones de euros. Con esta operación Nozar alcanzará el 24,9% de la inmobiliaria valenciana (antes tenía el 7,3%), justo en el límite para no tener que lanzar una opa por el 100% de la empresa. De resultas de esta mayor presencia de Nozar, cuando se materialice, Bañuelos quedará con una participación en torno al 30% del capital en Astroc.
El tercer «asalto» se está produciendo simultáneamente con la familia Godia que, a través de G3T, tiene una participación del 5% en la inmobiliaria valenciana y el diálogo se basa en propuestas semejantes a las de Rayet, con la pretensión de elevar su participación hasta el entorno del 10% si bien, en este caso, no se plantea que Bañuelos pague cantidades en metálico al no existir contratos cruzados de opciones.
El contrapunto lo pone hasta ahora el propietario de Zara. Amancio Ortega