Mientras todo el mundo entraba en pánico y vendía renta variable como si quemara, se olvidaban de algo muy importante para la economía y las empresas: la llegada de la inteligencia artificial generativa (IA).
Por supuesto no estamos en contra de vender y realizar beneficios. De lo que estamos en contra es de cometer el típico error de dejar que los árboles impidan ver el bosque. En este caso, los árboles del miedo a los aranceles. En realidad, el miedo a los aranceles lo que ha generado es una gran oportunidad para reforzar posiciones —quien no las tuviera— en las empresas que más se van a beneficiar de esta nueva y revolucionaria tecnología.
La demostración de todo lo anterior ha llegado con los últimos resultados empresariales. Empresas como Nvidia, Microsoft o Meta presentaron, como era de esperar, unos resultados excelentes. Y, como es lógico, se reflejó en las cotizaciones. Los aranceles fueron el cebo para los incautos que olvidaron que Trump es algo coyuntural, mientras que la llegada de la inteligencia artificial es algo estructural de enorme importancia.
Fíjense, por ejemplo, en quienes en 2022 pensaron que Meta había tocado techo en su modelo de negocio. Como puede verse en el gráfico, no podían haber estado más equivocados. Actualmente la compañía genera la friolera de 72.000 M$ en EBIT, es decir, beneficios antes de intereses e impuestos. Quien, aprovechando el miedo, comprara acciones de esta empresa, que está en primera línea de la tecnología, y que será una gran beneficiaria de la IA, lo hizo a un PER de 3 veces beneficio operativo.
Gráfico: Beneficio antes de intereses e impuestos de Meta