Hoy por la mañana compruebo con algería que mis acciones de Día por fin aparecen entre mis títulos del broker naranja, tras diez días en el limbo financiero.
Me digo, ¡por fin!, y respiro aliviado.
Pero no había terminado mi odisea. Decido venderlas en ese mismo momento a mercado e introduczco la orden.
Con la orden pendiente de ejecución compruebo que mis acciones ya han desaparecido. Misterio.
Minutos después la orden sigue pendiente de ejecución, estando la acción cotizando con normalidad y tratándose de una orden a mercado. Decido entonces ante la duda de una orden a mercado que no se ejecuta nunca, anular la orden. Pero como no podía ser de otra manera, el sistema no me lo permite. Mis acciones, por supuesto, ya no aparecen en mi cartera, pero la orden sigue pendiente de ejecución y no se puede anular.
Decido llamar de nuevo a los naranjas y a los cinco minutos de musiquilla machacona compruebo en mi pantalla que la orden ya se ha ejecutado. Cuelgo el teléfono.
En definitiva, unas acciones que aparecen pero desaparecen antes de ser vendidas, y una orden de venta a mercado que tarda más de diez minutos en ejecutarse, siempre con el mercado abierto, claro está.