El mercado de valores ya no será relevante para la mayoría de la gente
Recientemente se publicó en el WSJ: “Está ocurriendo un cambio en los mercados financieros. Los inversores están abandonando la filosofía de poseer las acciones para el largo plazo, que ha dominado el mercado desde finales de 1980. En cambio, hay una creencia cada vez mayor de que el desastre de la burbuja inmobiliaria y de la crisis financiera, es un pantano con el que habrá que lidiar durante muchos años”.
Como hemos repetido en otras ocasiones, la teoría de la opinión contraria nos dice que cuando el sentimiento inversor es muy negativo, los mercados tienden a formar un suelo, y al contrario. El hecho en el que se fundamenta esta teoría es que es razonable pensar que si los inversores tienen niveles extremos de pesimismo habrán vendido gran parte de sus acciones con anterioridad, por lo que no queda mucha capacidad bajista. Este también es el fundamento de lo que se denomina pánico vendedor, que suele ser antesala de mínimos de relevancia. Si ya nadie vende, porque los que piensan que el mercado va a bajar ya han vendido, solo queda subir. Y serán estos mismos inversores, cuando su grado de pesimismo descienda, los que incrementen las ganancias en las bolsas cuando vuelvan al mercado
Pero ahora el escenario es distinto. Es cierto que el pesimismo inversor es muy elevado, pero lo que ahora nos dicen varios teóricos, como Lance Paddock, es que la decepción por las bolsas ha sido tan grande en la última década, y la situación económica y financiera tan mala, que el público en general se mantendrá al margen de los mercados financieros durante muchos años. “El mercado de valores ya no será relevante para la vida de la mayoría de la gente, porque no va a estar en él”.
Más si cabe, si nos encontramos como defienden muchos analistas, en un mercado bajista estructural, en los que los ratios de valoración requeridos para entrar en bolsa en la última década tenderán a bajar. “Ya no se pagará un PER 15 (15 veces beneficio). Los inversores se plantearán volver a entrar en mercado por debajo de 10”, me comentaba recientemente un trader americano.
Bob Janjuah gestor de Nomura, establece una visión muy cruda de la situación actual:
El problema clave es la débil tendencia de crecimiento en el mundo desarrollado, la cuál se mantendrá para los próximos tres a cinco años, los errores políticos y el conjunto inadecuado de las instituciones del viejo mundo.
En un plazo de un año a partir de ahora, yo preveo (Bob Janjuah) que las acciones estarán entre un 25% y un 30% más abajo. Mi objetivo para el S&P 500 para 2012 es entre los 800/900 puntos, y creo que es posible que veamos un S&P en los 700 y algo.
En términos de valoración este gestor considera que el S&P 500 encontrará suelo en un ratio PER por debajo de 10x. Lo cual es consecuente con otras tendencias bajistas estructurales del pasado.
Este escenario tan pesimista que dibuja Janjuah, y que es compartido por Lance Paddock, no es nuevo. El inicio de esta situación fue el tremendo entusiasmo inversor, y por qué no decirlo, la tremenda miopía, de la época finalizada en el 2000. Los excesos que se realizaron en aquella época en muchos ámbitos necesitan ahora de un reequilibrio que tardará muchos años en producirse.
Es cierto que las bolsas han caído mucho, y que tras una década perdida, nada parecía sugerir que los descensos continuaran, pero si nos basamos en datos históricos, no parece que hayamos formado un suelo todavía. Y lo que es aún peor, una vez alcanzado, la recuperación será débil y lenta.
Lo dicho, “el mercado de valores ya no será relevante para la mayoría de la gente, porque no va a estar en él”.
C. Montero