Re: Versos sueltos
Una persona muy mayor a la que tuve un aprecio especial; no era de la familia pero como si lo fuera porque estaba todo el día en casa, era amiga de mi tía abuela, decía con sorna que para morirse no hacía falta nada más que estar vivo.
Muchos están pensando todo el día que si será por esta causa, por la otra o por las ideas más rocambolescas que una mente muy imaginativa pueda llegar a sospechar, pero lo cierto es que la vida te sorprende a cada rato, que el día menos pensado surge como de la chistera un conejito (o un cerdito como el de los dibujos animados) que te dice: Eso, eso, eso es todo amigos!!! Y se acabó.
Por algo, no entiendo esas discusiones que llevan a algunos a retirar el saludo de por vida, como si les fuera la susodicha en ello. Se discute (se comparte o no opinión) y punto pelota.
Lo más importante, lo realmente importante, lo único que es verdaderamente importante no se compra en ningún mercado.
Entiendo tu pensamiento actual, como cuando me dijeron que tengo un asma puñetero, para el que no existe solución, solo minimizar sus efectos adversos, hasta que el cuerpo aguante, hasta que los medicamentos dejen de hacer efecto.
Los primeros tiempos son duros, te ves morir. Luego te acostumbras a vivir con ello y cuando te toca aumentar dosis, procuras por todos los medios, aguantar un poquito más.
Encomendarse a Alguien en quién tu crees es la única defensa para no desesperar. No hay otra. Cuando no hay curación, hay que buscar calidad de vida.
Yo no firmaría ni loca por 150 años, ni por una fecha en la que ya no quede en este mundo nadie conocido, porque considero que con casi un siglo de vida, pocas ganas quedan de empezar a conocer gente y que tus amigos tengan que ser unos veinte años más jóvenes que tú.
Hablando de políticos, no tengo muchas ganas, pero por responder a tus líneas, a ver si forman gobierno de una puñetera vez que empezamos a ser el hazmerreír de Europa.
El señor que viene ayer se llevó un susto de aúpa el Erandio, jajjaaaa. Menos mal que no tengo todavía ganas de palmarla y sigo aquí, como la mujer de oro sexypondia que cantaba aquello de "y yo sigo aquí, esperándote..."
Le daré el abrazo, descuida, últimamente está conmigo de lo más achuchador. Sustazo que tenemos en el cuerpo, jajajaaa
Otro para tí, pero el tuyo sin susto...
¡Sed muy felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.