Re: Versos sueltos.
Stop, stop, stop... Paaaraaaa. Si no es "Mein" a qué "Kampf" te referías. Me he perdido. Pensaba que te referías al del austríaco antisemita.
No los compararás, pero vuelves a hacer alusión a los dos en el mismo párrafo... Y ni estas figuras, Adolf Hitler y San Josemaría, ni sus escritos, tengan nada que ver. Es más, son antagonistas, uno promueve el odio y el segundo habla de Amor, del Amor con mayúsculas.
En ningún caso, la menda toma parte del pensamiento de San Josemaría, olvidando el resto, quizá porque dieciocho años de mi vida he compartido y departido con simpatizantes y miembros de la Obra, he ido a centros, -no solo colegio y universidad-; seré por toda la Eternidad familiar directa de uno de ellos; porque durante esos años y muchos posteriores he seguido leyendo y profundizando en su obra escrita y porque sería prácticamente imposible separar un texto de otro, ya que todos tienen un nexo común. Nunca le he considerado un escritor al uso. Como tampoco lo hago con Santa Teresa, por citar un ejemplo muy clásico. Me interesan muchísimo más sus personas, entiéndase su personalidad, sus actos durante su paso por esta Tierra y cómo consiguieron mover el corazón del ser humano hacia la búsqueda de Dios, en el ejercicio del desarrollo personal y laboral. Hacer de tu vida cotidiana el camino hacia la santidad. Santa Teresa también lo decía: "Dios está entre los pucheros".
En las antípodas de tu pensamiento, que no se deba olvidar a genocidas como Mao Ze-Dong, Stalin, Pol Pot, Sadam Hussein, Idi Amin, Mullah Omar, Ismail Enver, Jean Kambanda, Benito Mussolini, Augusto Pinochet, Rafael Videla, Lenin, Slobodan Milosevic, Khomeini, Hideki Tojo, Savimbi, P.D. Duvalier, Tito, Fidel Castro...la lista es desgraciadamente larguísima,--- para no repetir la atrocidad histórica que cometieron, no implica ni que sus libros sean lo suficientemente "buenos" ni necesarios. Todos los que escribieron, algunos ni eso, o escribieron sobre ellos... de este listado de odio y terror, no tiene nada que ver con escritos de amor, de búsqueda de Dios, dentro o fuera de la religión que profeso.
Es cierto que leer "Das Kapital" no te hace marxista. A mí, desde luego, podría decir que casi todo lo contrario, si cabe... Tampoco leer "La Caperucita Roja" me hace enemiga de los lobos.
Cada lector saca sus conclusiones y convencerse de algo y ponerlo en práctica, no es sinónimo de estar adoctrinado o doblegar tu voluntad a una mente humana presuntamente superior a la tuya.
Para cometer "errores" como un genocidio -(me cuesta escribir la palabra error, al respecto)- el primer requisito es rezumar odio por los cuatro costados. Odio al diferente, o al muy parecido; odio al color de la piel, o a quien sigue a pie juntillas su fe, odio a un grupo humano por la causa que sea... Todos tienen una base de odio.
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Cierto es que hay libros que se leen y otros que se meditan. Algunos que no tendrían ni que haber existido. No me avergüenzo de haber leído ninguno de ellos y menos aún de reconocerlo. Alguno más o menos aburrido, a otros les habrá parecido la obra literaria del siglo. Lo divertido del caso es que las personas que más critican a quienes leemos, suelen ser las menos cultivadas. Quizá por eso mismo, me da igual reconocer que leo libros de divérsa índole, diferente ideología, que para convencerme de seguir mi religión, he leído y profundizado en muchos libros de religiones y filosofías que poco o nada tenían que ver con la mía, hasta textos de politeístas natos. Y en cuanto que leyendo un libro de otra religión, filosofía, creencia, etc. no te cambies de bando, pues tampoco estoy de acuerdo totalmente. No hay más que ver los cientos de ejemplos -ahora me vienen a la cabeza- americanos, fieles seguidores de sectas, que fueron bautizados en otra fe. Personas que, con el transcurso de su vida, decidieron convertirse al Islam, al judaísmo, ¡hay miles de personas!
No me voy a hacer confucionista, descuida, sin embargo, considero que muchos de los pensamientos atribuídos a Confucio, son lemas diarios de mi vida, no viéndolos en absoluto, diferentes a lo que me exige mi religión como camino hacia el Cielo.
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Que los españoles leen poco y saliendo de nuestras fronteras, podría decirse que los jóvenes cada vez leen menos, es una realidad. Me he leído y últimamente escuchado mientras leía al famoso Hidalgo manchego varias veces. La Biblia no solo la he leído, la he estudiado, que no es lo mismo, ni de lejos. Se puede leer la Biblia y no entender ni papa; se puede interpretar a la manera del protestantismo; incluso se puede leer como texto filosófico/ histórico, diccionario -concreto- en mano. Solo o acompañado, es más, lo más completo es leerla junto a personas que practican otra religión. Se ha hecho. Por algo los testigos de Jehová ya no llaman a mi puerta, jajaja...
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No me hagas hablar de quienes puedan leer lo que aquí se escribe. No deja de ser otro legado más. Aquí queda.
Tengo meridianamente claro que la mayoría de los 200000 se acomodan en lo que no saben ni por qué creen. Nunca olvidaré -quizá sí- una respuesta tremebunda que se me dio al hilo de los Pasos de Semana Santa. Si me hubiera tenido enfrente, una de dos, me habría abofeteado por rabia o habría abandonado la sala, dejando al café enfriarse... solo.
Porque cuando no hay argumentos, el silencio impera y solo habla la envidia, la ignorancia que es atrevida y no sabe del sentido del ridículo; el rencor nace y si se le permite enconarse, nunca muere.
Y que es más fácil apoyar tu causa que la mía, también lo tengo clarísimo. No soy light. Y esto implica no dar mi opinión, sino hablar con la certeza que aporta la experiencia del diálogo frecuente con quiénes sí saben, sí se han preparado y sí profundizan en las consecuencias de su pensamiento antes de dar el primer paso y los siguientes, todavía mucho más.
A muchos de los míos, los crucificaron y los queman vivos en pleno s XXI, con el silencio cómplice de los populismos que alzan grandes pancartas hablando de DDHH, de pseudo democracias como ejemplo a seguir y que exigen una y otra vez, acercamientos y amnistías generales para asesinos.
Callada ya, ni bajo el agua. Quien quiera leer, que lea. Quien no quiera, que se prepare un café... con el tipo de leche que pueda tener.
El silencio se lo dejo a los corderos (borregos).
Un abrazo lector, de fe católica -universal-, de práctica cristiana, de costumbres humanas y profesión liberal, no humanista...
¡Sed muy felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.