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Versos sueltos

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Versos sueltos
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#4825

Re: Versos sueltos

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GATO NEGRO EN EL PASEO DE LAS DELICIAS

Es hermoso este gato de color de paraguas
mojado por la lluvia.
Miro su desamparo en medio de la calle,
miro la indiferencia de la gente,
miro su islita negra de terror y de asombro.

Podría tocar la noche y su silencio
si acercase mi mano a su congoja,
sentir entre mis dedos la esperanza de alguien
o quizás a Dios mismo
clamando en este gato,
en este miedo oscuro,
en este gran olvido de los hombres.

autógrafo

Rafael Morales

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4826

Re: Versos sueltos

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   EL ESTÍO

Hermosa fuente que al vecino río
Sonora envías tu cristal undoso,
Y tú, blanda cual sueño venturoso,
Yerba empapada en matinal rocío:

Augusta soledad del bosque umbrío
Que da y protege el álamo frondoso,
Amparad de verano riguroso
Al inocente y fiel rebaño mío.

Que ya el suelo feraz de la campiña
Selló Julio con planta abrasadora
Y su verdura a marchitar empieza;

Y alegre ve la pampanosa viña
En sus yemas la savia bienhechora
Nuncio feliz de la otoñal riqueza.

autógrafo

José Joaquín de Mora

 

 

 

¡¡Sed muy elices!!

 

 

 

 

Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.

#4827

Re: Versos sueltos

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CATÁLOGO DE ANTIGÜEDADES

Besitos y mordisquitos en las orejitas era lo que escribíamos
al final de unas postales no tan obscenas como horteras,
también en los hociquitos y Viva el Mejillón Peludo
cuando las enviábamos a niñas adorablemente estúpidas
y Gola Pola Amapola qué tal las misiones en Angola
o de mayor yo también quiero ser cura
si iban dirigidas al gris colegio horrible,
besitos y mordisquitos o cabramozabigote!
en la época de la continuada borrachera
que un estómago medio buzón medio prodigio
aún digería, besitos, mordisquitos y no sé por qué
ahora también recuerdo ininterrumpidos veranos
y sobre todo a Javier borracho, cayéndose y cantando
a las seis de la madrugada en la Plaza Artós,
Javier parando a un repartidor para enseñarle
cómo en el infantil cuaderno de dibujo
que alguien había ideado regalarle a Ana
el elefante coloreado de amarillo
quedaba superlativamente cojonudo y fíjese usted,
no me he salido para nada de los bordes, ¿verdad
que a la señorita ha de encantarle?: besitos, cervezas,
mordisquitos, noches, desiertos o Javier o la Plaza Artós
en la cara del pobre hombre: inconcebibles cosas así
son las que me vuelven y las que tengo que anotar
para cuando tenga tiempo o ganas de escribir
en falso verso un inservible catálogo
de antigüedades. Y en los márgenes del papel
no puedo olvidarme de apuntar que ya muy al principio
de una adolescencia extremada me acostumbré
a coleccionar en los descosidos bolsillos de mis ojos
huidizas madrugadas, a coleccionar o robar al tiempo
pequeñas muertes, azúcar de piernas, adioses,
pañuelos y lunas, pozos, cuchillos, ternuras,
y que esa temprana afición por las cosas que no sirven para nada
sin duda tuvo la primera y quizá más grave culpa
de que acabara aceptando complacido, y sin más,
el convertir en una completa inutilidad mi propia vida,
muy irresponsablemente sonriendo ante los infinitos
lo que hay que ver, un chico de sus posibilidades,
mira que dejar el Derecho para perder el tiempo
escribiendo versitos, lo peor es que así
es como acaban comunistas y ya es lástima
que mi particular ejército de abuelas
resignadamente recitaba.

autógrafo

Santiago Montobbio

 

 

¡¡sed muy felices!!

 

 

Si es que ya está casi todo escrito

 

 

 

 

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#4828

Re: Versos sueltos

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ESE TÁCITO RITO QUE ME HE IMPUESTO

Si el hombre tuviera tiempo de sobras 
es posible que hiciera grandes cosas. 
Pero tras su espesa piel el tiempo alienta 
una sutil maraña de trampas y estrategias; 
tras su espesa piel o en su disperso puzzle 
ocasionalmente brinda adoquín de besos 
para que torpes como somos 
nos demos menos cuenta 
de que a través de ajedreces, adioses, 
inutilidades, esperas y otros juegos 
poco a poco y sin saber 
se vaya haciendo teoría confirmada 
el que la vida nos aplasta 
(y esto me gusta decirlo con un verbo que suena 
como un saco de patatas).

En el momento en que subo en el ascensor 
es una nocturna hora intermedia. 
El espejo adivina el alcohol 
y parece decir que tengo aire 
de guardar alguna historia 
perdida por algún lado del abrigo 
y también varias posguerras. (Quizá 
porque a veces pienso que es probables 
que yo hubiera sido más leve o más feliz 
en la polvorienta Barcelona de los años cincuenta, 
y aunque haya procurado no abusar nunca 
mucho de ellas, este tipo de imágenes 
siempre me atrayeron con firmeza). 
La nostalgia realquilada d emi cara 
va a proyectarse ahora en otro espejo, 
fien el cumplir ese tácito rito que me he impuesto 
y que consiste en observarme como un actor retirado 
mientras fumo y bebo a solas 
frente a la pica del lavabo. 
Y para poblar esta habitual circunstancia 
van a cruzarme desamparadas imágenes 
hechas con recalentadas infancias, 
recuerdos o posturas que me cansaría escribir 
pero que si lo hiciera acabarían entercándose 
en intentar explicar por qué nuestro amor merece 
un lugar señero en la anónima enciclopedia 
de las historias ridículas.

Historias que me cansaría escribir, 
con las que perdería el tiempo.

Porque todo es pasado —no sé si cierto—, 
todo es presente —esta tonta mancha de polvo— 
y además aquí, en el lavabo de mi cuarto, 
sobre esta ya como ajeno rostro ajado 
y con tonadilla de tango 
sospecho o sé que no he perdido la vida 
(que eso ya sería algo); que no la he perdido, no, 
que estúpidamente sólo la voy perdiendo 
y que tampoco me produce un especial descanso 
el saber que voy a poder dejar por unas horas 
mis canosas miserias en suspenso.

autógrafo

Santiago Montobbio

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4829

Re: Versos sueltos

Pues yo sí y me gusta mucho más Viena, ;-)

 

 

PRAGA

Yo nunca he estado en Praga, pero le sueño jardines, 
escaparates llenos de temblorosos misterios y también 
que los tranvías se alejan justo con la extraña forma 
que cursi como soy siempre me ha hecho 
llorar por los falsos recuerdos. 
Si llega la noche populoso soy y la atravieso 
o me pierdo en una fiesta y no entiendo 
por qué estoy ante las ventanas 
que se esconden en las anónimas piernas 
preguntándome con insistencia cómo fue 
que le crecieron a nuestro amor tantos nenúfares 
y a la vez dándome por fin perfecta cuenta 
de que la soledad siempre ha sido una flor seca 
que alguien se dejó olvidada en un ojal. 
Y es que aunque yo nunca he estado en Praga 
le sueño —ya lo ves— jardindes, tranvías, 
baile y despedida y cosas parecidas; 
y sueño también que con tan frágil materia 
un día hago un poema, que tú lo lees 
y que con cualquier motivo me traes —sorpresa— 
dos billetes de tren para el sitio 
que me ha dado por llamar de esta manera 
y que entonces yo tengo que aúnar 
afecto y paciencia para decirte aquello 
de no despertéis al amor con vuestros pasos, 
aquello que no sé ahora quién lo ha escrito 
pero sí que dice distinto según el ánimo o el día 
y que quizá simplemente es —¿lo entiendes 
ya, estúpida mía?— aquello mismo.

autógrafo

Santiago Montobbio

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4830

Re: Versos sueltos

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ADIÓS AL SIGLO XX

A Álvaro Mutis

Cruzo la calle Marx, la calle Freud;
ando por una orilla de este siglo,
despacio, insomne, caviloso,
espía ad honorem de algún reino gótico,
recogiendo vocales caídas, pequeños guijarros
tatuados de rumor infinito.

La línea de Mondrian frente a mis ojos
va cortando la noche en sombras rectas
ahora que ya no cabe más soledad
en las paredes de vidrio.

Cruzo la calle Mao, la calle Stalin;
miro el instante donde muere un milenio
y otro despunta su terrestre dominio.

Mi siglo vertical y lleno de teorías...
Mi siglo con sus guerras, sus posguerras
y su tambor de Hitler allá lejos,
entre sangre y abismo.

Prosigo entre las piedras de los viejos suburbios
por un trago, por un poco de jazz,
contemplando los dioses que duermen disueltos
en el serrín de los bares,
mientras descifro sus nombres al paso
y sigo mi camino.

autógrafo

Eugenio Montejo

 

 

 

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#4831

Re: Versos sueltos

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   LOS MIRLOS DE BERLÍN

A Armando Romero

Todos los mirlos de Berlín al alba
con el verano dentro de sus cantos.
Al salir ya tan tarde del bar griego,
sus nuevos coros, celebrando el día,
nos escoltaban de una acera a otra,
entre muros y ramas.
Todos los mirlos de Berlín cantando
para nosotros con gorjeos helenos,
traducidos de Heráclito.

El mar de Grecia volcaba sus espumas
en las gargantas de los mirlos.
Y Afrodita despacio iba siguiéndonos,
más verde que su sombra, árbol tras árbol,
como si el sol saliese de ella misma,
dorando más y más las hojas
en el denso follaje.

Después, en el hotel, ya el alba abierta,
un mirlo en gloria de sí mismo, arrebatado,
silbaba el tono egipcio del desierto,
en un delirio extraño. Un mirlo amigo
de los ibis del Nilo en Alemania...
Y yo vi a Nefertiti en ese instante,
ella y su risa matinal en una calle,
ella y su tiara entre los trinos de aquel pájaro.

autógrafo

Eugenio Montejo

 

 

También viví por esos lares... No tenía tiempo de fiarme en los mirlos, jajajaa

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

 

 

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#4832

Re: Versos sueltos

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CANCIONERO DE PRÍNCIPE DE VERGARA

          1

Dormir. ¡Todos duermen solos,
madre! Penas trae el día,
pero ¡ay! ninguna,
ninguna como la mía.

          2

No tengo cielo prestado
ni ojos que vuelvan a mí
por un descanso de flores,
sin dormir.

          3

Amigo, qué mal me sienta
el aire solo,
el aire solo, perdido,
de Extremadura. Aire solo.
Piedra muda.

          4

Qué bien te pega la sombra
sobre el cabello. La sombra
obscura. Oh, el verde pino
que mira el cielo. El pino,
señora hermosa, en la orilla
del mar portugués. Orilla
de prado, de flor lejana.

          5

Nunca más la he de ver.
Aguas llevará el río.
¡Aguas lleva el río Tajo!
Pero mi sed no la consuela el río.

          6

Déjame dormir esta noche
sobre tu mano. Dormir,
si pudiera. La adelfa
crece de noche,
como la pena.

          7

Envidia le tengo al viento
porque baila entre las hojas,
envidia de prisionero
que se ahoga.
Mándame un brazo de viento
con una siempreviva entre los dedos.

          8

Mi dolor tiene los ojos
castigados. Si pudiera
hablarte. Sí, si pudiera
hablar contigo río alto,
paloma fría! Qué triste
anda el aire! Dime, triste
pensamiento, qué sueño
muere a tu lado, perdido.
¡Paloma fría, río alto!
Luna de piedra entre lirios.

autógrafo

Ricardo E. Molinari

 

 

 

¡¡Sed muy felices!!

 

 

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