En mi opinión, hace 20 años aunque los coches con motor de gasóleo (ciclo Diésel) eran, en general, menos potentes que los coches con motor de gasolina (ciclo Otto) y si buscabas acabados y prestaciones similares se empezaba a ahorrar con un coche diésel después de recorrer unos 7.000 km. El ahorro en pesetas del combustible era aprox. de un 35%. Sin embargo, hace 20 años, los motores diésel eran más complejos y tenían un mantenimiento más caro que los de gasolina; es más, incluso el mayor peso del motor producía mayor desgaste en los neumáticos.
En la actualidad, por el mismo precio las prestaciones de coche de gasolina pueden ser mejores, en general entregan más potencia pero menos par motor de forma que conduciendo en regímenes bajos (en lo coches de gasóleo se puede conducir a menos rpm porque a bajo régimen entregan más par motor) los coches de gasóleo consumen una cantidad significativamente menor de un combustible un poco más barato y las prestaciones dependen más de la relación de cambio.
Respecto a la conducción, el coche de gasolina es más suave y silencioso.
Para una conducción tranquila dentro en vías interurbanas el consumo es similar pero en una conducción por vías urbanas en condiciones habituales (frenando, deteniendo, arrancando y acelerando constantemente) el coche de motor de gasóleo consume menos en la práctica.
Sin embargo, obviamente, si quieres ahorrar, los coches híbridos son actualmente los más eficientes porque los motores eléctrico funcionan siempre al mismo régimen y son más eficientes y el motor de gasolina de ciclo Atkinson es más eficiente para cargar las baterías (a régimen constante) y cuando hace falta para propulsar el vehículo la caja de cambios, automática claro, da un resultado muy eficiente.
Únicamente si se pretende una conducción muy extrema el consumo es más alto de lo esperado: Un BMW M3 consume menos que un Toyota Prius, MotorPasión (25/6/2008).