Lo vengo diciendo hace más de un mes. El afán recaudatorio del Estado no tiene límites. Lo convincente es que los ciudadanos de este país son tan honestos que incluso estamos mentalizados de que al hacer algo mal, tenemos que cargar con las injustas y desequilibradas consecuencias.
Al niño que ha cometido una travesura no se le puede castigar sin comer diez días.
Pues eso es lo que pasa cuando te sancionan con una multa de cualquier cosa, que parece estar justificada la enorme cantidad de la multa porque hemos sido malos.
¿A quién se le ocurre sancionar con 500 euros a cualquiera?. ¿Cuánto le quedará a ese hombre para comer él y su familia?.
Existen, en mi opinión, otras alternativas que, simultáneamente con una sanción menor, podrían ser ejemplarizantes y útiles a la sociedad.
Pero la Administración no quiere realmente terminar con las infracciones, ni quiere reducir los accidentes de tráfico, ni las víctimas, lo único que quiere es recaudar, recaudar y recaudar. El gaznate se les ha dilatado como a las serpientes