Jajajaa, me has recordado a un día que fuimos a comer al restaurante austríaco de Viena, en pleno verano, que sarna con gusto no pica, a tope de turistas, encima el restaurante está en plena playa, creo que se llama Paseo Amanecer. Bueno, a lo que iba, terminamos de comer y después de dar un paseíto, nos subimos al coche, después de mucho esfuerzo, porque estaba de bote en bote que no cabía ni una hormiga, intentamos salir del atolladero y un obrero nos planta un cono de esos naranjas y blancos delante de las narices, bueno, delante del coche, jejeje, mi marido que iba caliente, megacabreado, saca la cabeza por la ventanilla y le grita: ¡¡Aparta el COÑO de ahí!! (No olvidemos que es guiri y la N y la Ñ no las distinguía).
El obrero que se nos arremanga y más cabreado todavía le grita: "¿¿Que aparte LO QUË??
Moraleja: Cuando te cases con un guiri, enséñale lo primero el valor que puede llegar a alcanzar una palabra solo con ponerle un rabito sobre una letra...
Sí, ya sé que os había contado ya esta historia, pero a mi edad me lo puedo permitir ya porque chocheo...
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.