Sí, cuando esta mañana escribía unas líneas sobre Berlín estaba pensando "yo conmigo misma" ;-) : "Esto mismo se podría aplicar a Madrid." De ahí que haya añadido, que Berlín, como gran capital (y automaticamente he pensado en Madrid y sus alrededores).
La primera vez que estuvimos en Madrid (quiero decir como pareja) lo que quería ver el Barbudín era lo más típico: Palacio de Oriente y La Almudena (esto más yo, jajjaa), Museo del Prado, Parque del Retiro -para ver el monumento al Diablo, del que tanto le había hablado en Viena, Cibeles, Neptuno, ¡¡la Puerta de Alcalá!! porque tenía verdaderas ganas de ponerse a cantar allí señalándola con un dedo, emulando a Victor Manuel, jajjaaa (pero desafinando como un gallo afónico, ;-)), la Gran Vía, bailar un chotis en la mitad de la calle -¡qué de bobaducas se hacen de joven!- y por supuesto, comer caramelos de la Puerta del Sol, que ya no estaban en la Puerta del Sol y también de violeta... ¡qué ricos!
Y el Ayuntamiento, y, y, y...
La siguiente vez sí o sí teníamos que hacer "la escapada" a Toledo, ya sabes su pasión por las armas blancas y de todos los colores, ;-) Y es que también Toledo es mucha Toledo...
Pero tengo clarísimo, que la próxima vez que vayamos, éste no se me va de rositas. Tiene que ver Aranjuez, que me chifla, Alcalá de Henares que es una joya, La Granja por favor...
Hay tanto que ver en la Comunidad de Madrid que nunca da el tiempo para verlo todo, vamos ni la cuarta parte de la mitad...
Un abrazo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.