Aaaahhh, bueno, vale, sí hombre, esa escapada sí la conocía, no sé por qué te entendí que habías estado en el Norte de mi allí, el mío de toda la vida, el que me vio nacer y claro, muy al Norte de mi Norte, pues como no recogieses los espárragos con unas botas de pocero, difícil lo ibas a tener. (Jo**r, otra vez pongo el verbo al final y mi amiga la filóloga tiene motivos para reír). ¡¡¡Leñe y el paréntesis también lo termino con un verbo, es que no tengo solución!!!, grrrr...
Los del plato de Seno, doy fe que eran blanditos, porque piqué uno. (El protocolo en la mesa se olvida en confianza, ay si mi tía abuela levantara la cabeza..., véte tú a saber, igual después de haber estado tanto tiempo por aquellos lares celestiales, picaría también un trocito de espárrago del plato de Seno, jajajaaaa)
Hablando de cuchillos, me compré en Albacete uno de pitón de toro curvo, precisamente, el pitón, no el cuchillo, una maravilla por cierto, con acero, 120 capas, ahí es nada, para defenderme si voy por la noche de paseo con los chuchis o de madrugada.
Ya os conté el día que me salió un pitbull abandonado, el bicho tan tranquilo y de pronto SPAU se pone de pie, sobre sus patitas traseras, y empieza a gruñirle, y yo, pies para qué os quiero, cállate SPAU por favor, y SPAU, grr, grrr... ¡el miedo que pasé no lo sabe nadie!
Abrazo que busca follón (así les quito trabajo a los t y t)
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.