Austríaca, siempre me hago la austríaca. Ni te imaginas qué mona estaba yo con mi Dirndl haciendo que bailaba el Schnadahüpfl. ¡Tengo un vídeo grabado y todavía hoy si lo viera, sé que me moriría de risa! Con mis barbas negras tiznadas de carbón de la hoguera y emulando a una bailarina de Heimatabend, pero en bajita y morenita, en fin, juventud, divino tesoro, qué de bobadas se hacen...
Ese Dirndl estará en el armario de los recuerdos, en Viena, supongo. Ahora me lo podría poner en la nariz, con una pinza, probablemente, jajaaaaa
A fesches Mädel gehört in a Dirndl, ;-)))
Hazte una idea, el mío es en tonos azules, no bebo cerveza y soy un poco más morena. Por lo demás, no encuentro muchas diferencias, algún detallito que otro, ¡bah, pechillos a la mar!, jajaaaaa
Jesús, qué pena, cómo se estropean los cuerpos, ;-))))
Me ha traído el recuerdo el comentario del carnaval, aunque en aquella memorable ocasión no estábamos en carnaval.
Pues no sé yo quién preferirá que lo abrace. Le preguntaré por si acaso, jojojo
Un abrazo unisex
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.