Re: Comilonas a la europea: Bon appétit!
Sí, si pensamos lo mismo, lo que ocurre es que lo que comentas se podría aplicar a casi todos los ámbitos de nuestra existencia, por no decir, a todos.
No le damos importancia a los temas, económicos o de cualquier índole, hasta que nos vemos afectados por ellos. No valoramos suficientemente las cosas o las personas o por lo menos en su justa medida, hasta que nos faltan de verdad y las echamos de menos.
Quien cae en el timo de la estampita es un imbécil hasta que cae uno de nuestros seres queridos o nosotros mismos.
Cualquier problema planteado por una persona es un estupidez con mil soluciones hasta que nos vemos hasta el cuello dentro de ese mismo problema y no divisamos el horizonte de la esperanza.
De ahí que la menda no sea optimista ni con una parte del género humano que parece disfrutar tropezando sobre la misma piedra, una vez tropezado, no pone los medios para no volver a caer, ni con el otro porcentaje de género humano que no empatiza con el dolor producido en el prójimo por la dichosa piedra, hasta que no tropieza o resbala él y le duele el guijarrito en su propio zapato.
En las urnas ocurre como bien dices lo mismo, pero no te creas, que los del lado A dicen que los cabezotas repite-voto hasta la saciedad son los del lado B y los del lado B la viceversa, que hay que ser muy cazurro para estar votando a los del A hasta la muerte.
Quizá el problema es que no ven que el lado A y el B no son tan diferentes, más bien van transcurriendo paralelos (para-lelos) y sacándose las castañas del fuego unos a otros, en cuanto ven solo de lejos, medio amenazada su situación de liderazgo, entendiéndose por este, tanto estar en el gobierno, como en la oposición, porque como bien es sabido, ahora están los unos arriba y dentro de cuatro años, se turnarán el oficio y venga, a despotricar públicamente los unos de los otros, que por detrás, bien que se toman juntos los cafecitos o lo que haga falta... Lo importante es salir guapos y elegantes en la ansiada foto y seguir sacando de la misma al pueblo, que son muchos, demasiados y no cabrían en el marco de plata.
Ahora hay que echar por tierra a todo caracol que ose sacar los cuernos y ponerlos al sol, de dónde no debió salir nunca.
Así nos luce el pelo... y los cuernos.
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En cuanto a seguir en la entidad, ya se habló largo y tendido del tema. En ocasiones, es muy difícil escapar de las garras, tienes ventanas de vencimiento marcadas por contrato o ni tan siquiera eso, solo calls a derecho del emisor y nunca del inversor. Que los contratos del diablo están para eso. Otras veces, no te puedes deshacer de ciertos productos venenosos, por no cruzarse una maldita operación en el tenebroso mercado durante meses, que me da miedo hasta pronunciar, ;-) :-S
A veces, solo se trata de desconocimiento y otras, por conocer cómo se le puede sacar jugo a la entidad del diablo, o mejor dicho a tus propias acciones, las vas manteniendo o jugando con ellas.
También existen los pelotazos, ganamos nosotros en un día de fiesta, desplomamos la acción y para cuando lleguen los borregos, ya habrán perdido otro 60%. Lo he vivido en propias carnes así que es complicado que lo olvide. Y estábamos atados de pies y manos y no nos podíamos escapar. Es lo que hay.
De todas formas, en lo que a mis posiciones se refiere, con el veranito ha llegado el justo y anhelado momento de comenzar a realizar los trámites y gestiones pertinentes para el principio del fin. Hablaré de ello más adelante. Ya te anticipé algo por teléfono. No me gusta hablar de planes de futuro y menos en público, que luego dan al traste y no de guitarra precisamente, jajaaa. Prefiero esperar una temporadita más. Quizá en medio año, tenga la capacidad para hablar sobre ello con libertad, por haberse ejecutado ya mi malévolo plan anti-Satán. Espero que todo esté preparado en ese período y entonces, ¡guau! Igual hasta cambio de avatar otra vez para celebrarlo, jajaaaa.
Pero las cosas de Palacio van despacio y con las económicas no me gusta adelantarme a los acontecimientos con solo verborrea. Me van los hechos, ahí sí que me gusta anticiparme, he he he...
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Sí, garantista, demasiado, sobre todo con los de siempre. Ya digo que es un tema que me hiere y no me gusta explayarme (ni en verano y en bañador) ;-)
¿Suerte? ¡Al saber le llaman suerte! dice un refrán castellano. Estos saben chino mandarino y demás dialectos. No dan puntada sin hilo, ni media. Saben lo que colocaban y saben de antemano lo que les podría costar. Tienen las espaldas cubiertas. Cientos de miles de clientes como mi padre también, y algunos, desgraciadamente, para siempre, pero claro, no de billetes como ellos, solo con la tierra que duramente labraron durante toda su vida.
Y la justicia ciega, sorda, ¿dirigible?, muda, recurrible hasta la saciedad. Ellos tienen todo el dinero y el tiempo, justo lo mismo de lo que carecen sus clientes. Si hay que recurrir, pues se recurre, la cuestión es ganarnos la razón a pulso, para que las víctimas tengan que callar y los bocazas puedan seguir hiriéndoles hasta la muerte. ¿Que tampoco así tenemos razón? Tranquilos, volveremos a recurrir, la cuestión entonces consistirá en no tener razón, pero que nuestro "error" o "negligencia" sea convenientemente rebajado a cachetito en el culito.
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Obviamente, quien se pueda informar, debe de hacerlo. Pero ¿qué se va a hacer con los estafados del pasado tan próximo e inolvidable para los hijos de los afectados? Supongo que lo de siempre en la Historia de la inhumana Humanidad: ¡Borrón y cuenta nueva! Tierra por encima de sus cuerpos y tierra de por medio, para que no me salpique la conciencia, si es que nos queda algo de eso en este país.
¿Acaso la memoria histórica sirve de algo a los muertos?
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No me pesa el saber que tengo la obligación de informarme para que no vuelva a pasar. Me pesa que lo que ha pasado se califica de avaricia con la más repugnante de las desfachateces, se burla el concepto de responsabilidad tiznándolo de culpa y aquí paz y después gloria. ¡Y no lo hacen solo los de los bancos, que tendría su lógica, si no los mismos del pueblo llano como yo, con quien tengo que convivir! Eso es exactamente lo que más fastidia con "J" mayúscula, compañero. A mi y a muchísimos afectados con quienes he hablado largo y tendido durante horas, y así semanas, meses, ya son años... Y cuando tienes asumido que tu problema ya no tiene solución, e incluso te empieza a dejar de doler, te hierve la sangre cuando observas con tus propios ojos, cómo siguen entrando ancianitos solos a las sucursales y siguen tragando las mismas mierdas que le colocaron a tu padre, pero con otro nombre, con otro aspecto y bien embadurnadas de falacia.
Un abrazo
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.