Bien llegado, Robank.
Los que hemos tenido mascotas que se han convertido en miembros de pleno derecho en la familia, aunque en mi caso hayan sido pájaros (que estaban sueltos fuera de su jaula una vez acostumbrados a la presencia humana), pollitos o crías de pato, hemos aprendido a quererlos como tales miembros de la familia.
Se puede disfrutar e incluso aprender solo observándolos. De hecho, tienen un extraordinario sentido para distinguir a quien pueden acercarse y a quien no porque no trae demasiado buenas intenciones. En muchas cosas, son excepcionales y eso que mi experiencia con "bichos" (como yo les llamo) es bastante limitada.
De hecho, el último "bicho" activo con el que estuve, vió en mí, sin apenas conocerme, a un protector y se echaba a dormir donde yo estaba sabiendo que podría estar tranquilo haciéndolo a sus anchas.
Con otros que me encuentro paseando se acercan a mí para que los acaricie ante la extrañeza de sus propios cuidadores humanos que dicen que no es "normal" que se acerquen a alguien y se dejen tocar de buenas a primeras por un desconocido.
Los animales tienen esa capacidad de "ver" el bien o el mal en la gente. Y son siempre compañía y entretenimiento, aunque no sean expresamente de "compañía".
Bien llegado otra vez.
Suerte a todos.
no desaparece lo que muere, desaparece lo que se olvida