Mis ediciones son más modennas. Una sí que recuerdo que es de papel finito y suave. Quizá mi hermano dejase entre sus cosas, alguna obra de esas en cuero azul (Bilbao), tendría que ir a casa de mis padres para constatarlo, porque como digno hijo de nuestra madre, era otro fanático de las lecturas más inverosímiles, lo mismo leía a Monseñor que El Capital o La Torá.
En cualquier caso, al punto 19 hacía referencia cuando te hablaba de tener voluntad de apostolado. Salir sin miedo, sin buscar quedabienismos, a ser "pescadores de hombres", algo que por otra parte, no lo inventó San Josemaría, pero bueno, es lo que te digo siempre que la Iglesia en lo fundamental no puede cambiar, porque si cambia, malo, malísimo...
Bueno, pues recogido de la página orientativa, "leer camino punto a punto", copio-pego lo siguiente, que una puede ser simpatizante de- y amiga de miembros (y miembras), pero tampoco se aprende los libros de memoria, ;-)
Fuente: http://www.leercamino.org/camino_punto_a_punto-capitulo_1_caracter-punto_1.php
"Carácter
· Punto 19
Voluntad.
Es una característica muy importante.
No desprecies
las cosas pequeñas,
porque en el continuo ejercicio de negar y negarte en esas cosas —que nunca son futilidades,
ni naderías—
fortalecerás,
virilizarás,
con la gracia de Dios,
tu voluntad,
para ser muy señor
de ti mismo,
en primer lugar.
Y, después, guía, jefe, ¡caudillo!...,
que obligues, que empujes, que arrastres, con tu ejemplo
y con tu palabra
y con tu ciencia
y con tu imperio."
Porque para ser apóstol, lo primero que has de ser es un ejemplo de vida y para ello, tienes que tener tus instintos bien dominaditos por tu voluntad. Buscar primero el santificarte en el día a día, "con las cosas pequeñas", indica que el sacrificio en pequeños detalles te va haciendo "más señor de tí mismo", más dueño de tus actos, más consciente de para qué estás aquí y qué debes de hacer para llegar a Tu Meta.
Luego, cuando sales al exterior, te encuentras con personas que piensan diferente y él te insta -"a los fieles de su grupo"- porque siempre se dirige a ellos y a los que quieran comenzar a seguirle libremente, a hacer apostolado con el ejemplo. Vamos, el clásico, obras son amores y no buenas razones, poca palabrería y hechos relevantes que demuestren que estás convencido de lo que promulgas, porque lo vives ante todo en tu propia existencia.
Si quieres entrar en detalle en cada uno de los puntos que ennumeras, vamos a necesitar más tiempo y menos cansancio, ;-) De los que citas, hay uno que siempre me gustó especialmente, casualidad el último: 951: "Hacer cabeza en una obra de apostolado es tanto como estar dispuesto a sufrirlo todo, de todos, con infinita caridad."
Si hay que llamar a las cosas por su nombre, se les llama. Si te van a crucificar por ello, ¿dónde están esos clavos y esos maderos? Decidme de todo, llamadme lo que queráis, escupir sobre mi tumba, pero con la conciencia bien formada, no me sacarán jamás de mis principios morales aprendidos y aprehendidos con el tiempo y con la continuidad en el ejercicio de las virtudes.
Sigo pensando lo que te dije, no le veo al Generalísimo por ninguna parte. XP
Un abrazo gordote
¡Sed felices!
P.D.: Habría podido imaginar muchas cosas, muchas, pero que íbamos a terminar hablando tú y yo en Lisboa de los libros del fundador del Opus Dei, ¡ni de broma, vamos!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.