Dios (o el destino o lo que sea) quiera que esos de PODEMOS nunca lleguen a gobernar en ningún sitio de nuestro país. Porque -y lo digo con toda sinceridad-:
1) Cuando veo que tanta gente admira a unos ultraalucinados de requete extrema izquierda elevada a la quinta potencia, dirigidos por un (eso sí, muy carismático, al igual que Hitler lo fue en sus días) líder al que hasta el propio presidente de Ecuador le tuvo que decir en persona hace unas semanas (con buenos modales pero claramente) que no eructase tantas idioteces populistas y sin sentido sobre lo que pensaba hacer cuando gobernase España, puesto que España no tenía nada que ver con la sociedad casi feudal con la que él (Correa) se encontró cuando comenzó a gobernar en Ecuador,
2) Cuando además veo que contra todo sentido, la mayoría de esa gente que dice admirarlos y quisiera votar a esa DEFORMACIÓN política (perdón, teóricamente supongo que son una formación política), no es analfabeta, ni aparentemente padece trastornos psiquiátricos profundos y radicalmente incompatibles con poder tener ni el más mínimo ápice de sentido común, ni están echando espuma por la boca mientras invocan al maligno, ni nada así parecido y qué es lo que para cualquier persona normal sería de esperar de cualquier persona que sienta que le gusta ese grupo inexpresable (conforme a las teorías psicoanalíticas que peor concepción implican de lo que un ser humano), que conforma la patrulla de dementes muy poco disimulados que constituye la nómina de políticos o de algo parecido que tiene PODEMOS,
Pienso lo siguiente:
Cuánta gente ha debido pasarlo mal o muy mal durante la crisis, para poder creer, e incluso querer votar en un futuro, a un tipo que me recuerda totalmente a Hitler (pero con coleta y en el espectro ideológico contrario), por su labia podrida, llena de resentimiento y totalmente hueca , y porque como Hitler, tiene mucho carisma y muchísima labia para decir muy bien lo que los más necesitados (en ellos lo comprendo, por su desesperación) quisieran escuchar, aunque en el fondo saben (ellos, los más desesperados) muy bien que todas esas promesas sólo son un cuento sin ningún fundamento para quienes quisieran poder seguir creyendo en algo..., mentiras sin sentido pero con colores atractivos para que parezcan que no lo son, que la escoria de los más envidiosos (La Secta, con el Wyoming al frente y sus secuaces y los ayudantes y esbirros suyos de siempre de la izquierda más radical e ilustrada de nuestro país) quieren que esos desesperados puedan creer.