Ambos caminos (salida del euro y devaluación/persistencia en el euro) son malos, pero el primero ofrece, al menos, la posibilidad de volver a exportaciones 'de las de antes'. O a algunas de ellas, al menos. España ha perdido la industria que tenía, en buena parte porque para las cosas sencillas y baratas que producíamos han aparecido los chinos, que fabrican más barato... Pero tendremos que reinventarnos... Algo parecido a lo que hicieron los japoneses en los años 50, y poco después los coreanos del sur y los taiwaneses. España debe 'encontrar trabajo' en el engranaje económico internacional, y para eso hay que aportar algo. Exportar es fundamental, ya sean bienes o servicios, porque con el turismo no tenemos, ni de lejos, suficiente. Es verdad que para construir una industria competitiva, hace falta capital, y esa es una dificultad importantísima, porque nuestro país ha dejado de ser atractivo a los inversores internacionales. Es más, de tener buena fama y estar 'de moda', hemos pasado, en unos pocos años a tener mala fama...
Permanecer en el euro, en cambio, con una 'devaluación interna' que durará muchísimo, será muy penoso. Adivino intensos conflictos sociales, con huelgas, atentados, descontento, inestabilidad política... Todo ello empeorará -más si cabe- nuestra imagen ante los inversores. Cuando por fin hayamos recuperado la competitividad, este será un país exhausto, y las perspectivas de exportar algo no serán mejores que si hubiésemos salido del euro...