Impuesto de los tontos: comprar lotería
Cinco razones para no pagar el impuesto de los tontos: comprar lotería
Mañana es el día del sorteo más famoso de lotería, el Sorteo de Navidad. Este sorteo, es el típico que abre titulares en todos los medios sobre la lluvia de millones en tal ciudad o pueblo, la gente feliz y sonriente porque “se han hecho ricos” y todo el mundo muy feliz por unos instantes.
Además de esa alegría intrínseca que genera el dinero, soy de los que piensa que la lotería es el impuesto de los tontos y en este post voy a dar cinco razones para no pagar el impuesto estatal y voluntario de los pobres de la lotería. Aunque claro, quizá ya estos consejos no sean aplicables para este sorteo.
La probabilidad de que nos toque el premio máximo de 400.000 euros es de 1/100.000 Matemáticamente, es una probabilidad ridícula de acierto para una pérdida potencial de 20 euros, que es el precio de un décimo de lotería.
La probabilidad de perder todo el dinero gastado en ese décimo de lotería asciende a un 85%. Como inversión, podríamos decir que el riesgo es realmente elevado.
La probabidad real de obtener un premio (mayor retorno que el reintegro) es del 5,3%.
En el hipotético caso de que seamos unos afortunados y ganemos el premio máximo, ni vamos a poder dejar de trabajar ni tampoco nos vamos a convertir en millonarios. Nuestra probabilidad de que a la vuelta de un par de años o tres, estemos en una situación financiera peor a la situación de partida es superior al 50%.
Después del somero análisis matemático de probabilidades, podemos constatar que comprar lotería corresponde más a una irracionalidad que a una decisión económica, por lo que si pensamos friamente, sólo colaboramos con la recaudación neta para Loterías y Apuestas. Es decir, comparando, nos quejamos por ejemplo por pagar 5 euros al año en recetas médicas pero no tenemos reparo en “pagar” 20 euros en este pseudoimpuesto
Por último, un premio de 400.000 euros genera más decisiones económicas incorrectas que adecuadas. La primera por ejemplo, amortizar la hipoteca si tenemos unos diferenciales aceptables, la segunda, dividr el premio entre familiares y otro error muy común es por ejemplo, omprar activos físicos que se devaluan rápidamente y generan grandes costes adicionales como son los vehículos de gama alta. Un buen resumen de mayores problemas que ventajas para los nuevos “semi-ricos” que se despertarán el día 23 con más dinero en sus cuentas corrientes.
Por cierto, yo también he picado y he pagado el impuestos de los tontos; no todas las decisiones son económicas.