La dudosa credibilidad de los sindicatos
El diario "Ideal", de Almería, en sus págs. 2-3, destaca este titular "Los sindicaros buscan recuperar su crédito". Imagino que se referirán a su "creibilidad" y no a su crédito. Después de varios años sin dar un palo al agua, sin preocuparse en absoluto del desempleo, ni de los derechos de los trabajadores, ni de ninguna de sus competencias, ahora ponen el grito en el cielo y se esfuerzan en recobrar una credibilidad perdida y prácticamente irrecuperable.
Los trabajadores dejaron de confiar en "sus" sindicatos y, sobre todo, dejaron de confiar en sus dirigentes sindicales porque saben sobradamente que Pili y Mili, los Secretarios Generales de UGT y CC.OO son y viven como Ministros y saben también que se han aliado excesivamente con el gobierno solcialista, contribuyendo y co-responsabilizandose de la gravisima situación que atraviesan hoy los trabajdores. Temen que se les acabe la teta de la vaca, a ellos y a los dirigentes provinciales; temen no solo que se les reduzca la financiación sino incluso las subvenciones y chollos que perciben por la impartición de cursos a trabajadores en desempleo, cursos que les supone unos ingresos muy sustanciosos y que todo el mundo sabe que se pierden por el camino; temen por los ingresos que reciben a través de sus fundaciones.
Ahora se reorganizan para iniciar nuevas movilizaciones y demostrar que los sindicatos son necesarios, cosa que ya sabemos. La crisis y la creciente situación de pobreza de millones de españoles les servirán de excusa para tirarse a la calle y exarcebar los ánimos de todos los ciudadanos. Las consecuencias son imprevisibles, porque la gente se sumará --y con razón-- a cualquier convocatoria que se le proponga. Pero nadie sabe hasta donde los españoles somos capaces de llegar. Seguramente aventajaremos a los griegos en eso de quemar contenedores, edificios y lo que haga falta.
Pregonan estos sindicatos de pacotilla que estan sufriendo una campaña de descrédito por los medios de comunicación e incluso por el propio Gobierno actual. Y yo digo que el descrédito se lo han ganado ellos solitos.