La Casa del Rey da 'luz verde' a Alierta para despedir a Urdangarín de Telefónica
César Alierta ya tiene las manos libres para forzar la salida de Telefónica de Iñaki Urdangarín. La Casa del Rey ha dado luz verde al presidente de la compañía para que revoque de su cargo de consejero al duque de Palma, que en junio de 2006 dejó la presidencia del Instituto Nóos, tras conocerse los primeros indicios de su presunto enriquecimiento ilícito, y fue fichado por el propio Alierta a petición del jefe del Estado.
Aunque ayer un portavoz oficial del palacio de La Zarzuela, consultado por El Confidencial, rehusó hacer comentarios ("no hay nada que decir al respecto", fue su lacónica respuesta), hoy el responsable de las relaciones con los medios de la Casa del Rey, Javier Ayuso, se ha puesto en contacto con este diario para desmentir "tajantamente que se hayan dado indicaciones a Telefónica respecto a la situación laboral del duque de Palma".
Sin embargo, fuentes cercanas a La Zarzuela han revelado a El Confidencial que el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, ha comunicado a Luis Abril, mano derecha de Alierta e interlocutor de éste con la Corona, que Don Juan Carlos "es consciente" de la incómoda situación que supone para Telefónica la continuidad de Urdangarín como consejero y representante de la operadora en EEUU, tras su imputación y posterior declaración judicial. Y que, por lo tanto, "comprendería" el cese de su yerno.
Ese mensaje es, precisamente, la señal que estaba aguardando Alierta para poner fin a la vinculación de Telefónica con el duque de Palma, que formalmente sería justificada como una dimisión por motivos personales. El marido de la infanta Cristina de Borbón se embolsó casi 1,4 millones de euros en 2010 como consejero de Telefónica Internacional, según consta en su última declaración de la renta, incorporada al sumario del caso Urdangarín que instruye el juez José Castro.
Telefónica también evitó ayer ofrecer detalles de la salida de Urdangarín de la compañía. "No me consta", señaló una portavoz al ser preguntada por el mensaje que la Casa del Rey ha trasladado a la multinacional. Abril, hombre de confianza de Alierta y secretario general de la Presidencia, no respondió a la llamada de este diario.
Alivio en Telefónica
La dimisión de Urdangarín, en cualquier caso, podría no ser inminente, según las fuentes próximas a la Casa del Rey consultadas. Pero el nihil obstat del monarca al despido de su yerno ha sido recibido con alivio por Alierta y su círculo de confianza, que veían con gran preocupación el desgaste que para la imagen de Telefónica supone la permanencia del duque de Palma, imputado por corrupción y bajo permanente escrutinio de los medios de comunicación y la opinión pública, en la cúpula de la compañía.
Fuentes cercanas a la dirección de la operadora reconocieron el pasado mes de diciembre a este diario que Alierta no dejaría caer a Urdangarín hasta que se lo indicara expresamente Don Juan Carlos. "Si la Casa del Rey pidió a Telefónica que lo fichase y lo enviase a Washington, también tiene que ser la Casa del Rey la que diga cuándo debe destituirlo. Y mientras eso no ocurra el presidente no moverá un dedo, porque está atado de pies y manos", señalaron esas fuentes, que añadieron: "Alierta no fichó libremente a Urdangarín; fue una decisión política, una cuestión de Estado. Y tampoco lo puede despedir sin el consentimiento del Rey".
El duque de Palma, sin embargo, no se irá de vacío. Las fuentes consultadas aseguran que Urdangarín cobrará una jugosa indemnización cuando abandone la compañía, aunque no se atrevieron a dar una cifra. De los casi 1,4 millones de euros anuales que percibe el yerno del Rey, 940.000 euros corresponden a su retribución como consejero de Telefónica Internacional. A esa cantidad hay que añadir otros 265.000 euros como consejero de la firma en España; 115.000 euros más por el sillón que ocupa en la filial de México, y 55.000 como consejero de Telefónica Brasil.
Urdangarín renovó su cargo de consejero de Telefónica Internacional el pasado mes de julio, tras expirar su mandato de cinco años. Su reelección se produjo sólo un mes después de que su antiguo socio en el Instituto Nóos, Diego Torres, fuese imputado por el juez Castro, y cuando los indicios delictivos contra el duque de Palma eran ya abrumadores. El nuevo mandato del ex jugador internacional de balonmano debería concluir en 2016, pero con toda certeza no lo agotará.