Si tenemos que dar credibilidad a las informaciones que han ido apareciendo estos años sobre la marcha del sector del cava en Cataluña, se pone de manifiesto una menor exposición al mercado interior español a lo largo de este tiempo como consecuencia, entre otras cosas, de las estrategias adoptadas por las empresas frente al boicot anterior, potenciando la búsqueda de otros mercados en el exterior.
Claro está que a ninguna empresa la gusta perder cuota de mercado en ninguna parte, por pequeña que ésta sea, pero también es verdad que los efectos adversos sobre los resultados de la empresa derivados de esa pérdida de clientela, está directamente relacionada con el porcentaje sobre sus ventas que ese mercado represente. Y por lo que se refiere al mercado español, este porcentaje -siendo importante- ha disminuido notablemente estos últimos años. En consecuencia, la capacidad de presión sobre las empresas de este tipo de campañas cada vez es menor.
Sería más sensato que nos dedicáramos entre todos a levantar el pais, a aceptar realidades que acaso no nos gusten y a mirar de diseñar estrategias inteligentes que nos ayuden a salir de la crisis, en lugar de andar peleándonos a golpes de remo mientras la barca se hunde.