Yo creo solo como clientes tenemos ahora quizás alguna oportunidad de humillar a estos listillos, para poder discriminar comportamientos y el escarnio público y la publicidad, es casi mejor herramienta, que la díficil prueba y lucha en los tribunales, ante la indefensión de lo que son incumplimientos legales consentidos y bien vistos sobre la población inmigrante.
Estos que se hacen llamar "emprendedores", fueron los culpables del efecto llamada de extranjeros, con la connivencia e ignorancia de los mismos que se creyeron más capaces y COMPETITIVOS que el resto.
Demasiado tarde el inmigrante se ha dado cuenta de la realidad y quién está con él y quién no, aunque va aprendiendo.
El problema es que el resto y la mayoría no nos demos cuenta de lo que nos VENDEN en Alemania ahora, que nunca será como allí, porque su realidad es muy diferente a la nuestra, antes, ahora y siempre, porque de los sueños nos tendremos que despertar y como el inmigrante luchar por lo que realmente vale la pena, ya que la complicidad está en la pasividad.
Los DERECHOS no se tienen porque sí de forma pasiva y nadie va a venir a darnoslos cruzados de brazos, sino se luchan, se pelean y se ganan o se pierden, todos los días.
El pasivo o consentidor es cómplice, mientras que el activo por los derechos NO.
El que se vea muy afectado, se debe convertir no ya en activo, sino en un activista.
Las sociedades desarrolladas tenemos, lo que somos merecedores, solo si somos capaces de pelear por ello.
El incumplimiento LEGAL da ventajas competitivas en España, que son las que más afectan a nuestro bolsillo, y que hacen que en el mercado nunca gane el mejor, sino el mayor psicopata con menos escrúpulos.
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El escándalo por las malas condiciones de los trabajadores temporales en Amazon en Alemania ha hecho saltar las alarmas en el país. ¿Es Amazon la punta del iceberg de todo un entramado de empleados temporales explotados en la mayor economía de Europa? El Gobierno de Angela Merkel exige una explicación, pero el gigante de ventas online se lava las manos desvinculándose de la firma de trabajo temporal subcontratada para encargarse de fichar a esos trabajadores.
Es toda una paradoja: mientras el poder se esfuerza por potenciar campañas para atraer mano de obra cualificada de los países en crisis del Sur de Europa, ¿quién controla las condiciones de esos trabajos en el país? El presidente de la Oficina Federal de Empleo de Alemania, Frank-Jürgen Weise, considera que se necesitarán «muchas nuevas reglas si se pierden los buenos modales, la ética y la moral» en las empresas. «En ese punto es en el que estamos ahora. Sin embargo, no se solucionan así los problemas ya que las nuevas normativas pueden infringirse de nuevo», explicó en declaraciones al diario 'Die Welt', tras apelar a las buenas prácticas empresariales.
En Alemania, el país de lo políticamente correcto, el reportaje emitido por la cadena pública ARD sobre los abusos a los trabajadores, visto por millones de personas desde que salió a la luz la semana pasada, ha tocado la fibra sensible del alemán orgulloso de hacer las cosas bien y provocado que en las redes sociales proliferen llamadas a boicotear a una empresa que llega a suministrar 2,7 millones de productos sólo en Alemania en sus mejores días.
No es la primera vez que los ciudadanos cargan contra una empresa. En 2009, por ejemplo, llevaron a cabo toda una campaña contra la marca de montaña Jack Wolfskin por haber denunciado a diseñadores noveles por usar su logo patentado de una huella de lobo. La presión de los alemanes, que llegaron incluso a arrancar el símbolo de sus chaquetas y pantalones de Wolfskin para mandárselo por correo de vuelta a la empresa, les obligó a recular.
Las firmas saben el poder de la opinión pública en Alemania, incluida Amazon, que en todo momento ha asegurado desconocer lo que sucedía, aunque no es la primera vez que se le acusa de explotar a sus trabajadores con el fin de mantener sus precios bajos.
Bajo el titular de «¡Entregado!», el reportaje de ARD daba detalles sobre la vida de una profesora de arte española en paro desplazada a Alemania para trabajar en un centro de Amazon en la localidad de Bad Hersfeld, en el estado de Hesse. Le empujaba un contrato con la multinacional, que acababa siendo con una subcontrata y en peores condiciones de las pactadas, aprovechándose, sobre todo, de su falta de conocimiento del idioma.
Lo cierto es que cerca de 8 millones de alemanes tiene trabajos mal pagados; es decir, casi uno de cada cuatro apenas llega a fin de mes. Estas cifras, propiciadas por la ausencia -salvo en algunos sectores como el de la metalurgia- de un salario mínimo, han suscitado un aluvión de críticas y cada vez se alzan más voces a favor de fijarlo por ley. De hecho, el viernes, el Bundesrat -equivalente a nuestro Senado- aprobó su introducción en el mercado laboral germano y lo situó en los 8,5 euros por hora, entre los más elevados de Europa (en España es de 3,84 euros). La actual correlación de fuerzas hace muy difícil que la propuesta de la Cámara alta llegue a prosperar, pero el Partido Socialdemócrata (SPD) ya ha hecho de esta reclamación su caballo de batalla electoral de cara a la cita del próximo 22 de septiembre
http://www.finanzas.com/noticias/empleo/20130304/cara-minijobs-alemanes-1765274.html
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Consumo responsable y exigente hace mucho más e Internet y las redes hacen la mejor labor de limpieza para disuadir comportamientos.
Acabo de contratar un seguro en el que la empresa se comprometía a poner un 70 por ciento si yo ponía de mi bolsillo para luchar contra las emisiones de CO2 y en la imagen de las empresas cada vez tiene importancia aunque sólo sea por mera imagen de marketing, la Responsabilidad Social Corporativa.
Un saludo