Conozco, comparto, y en la medida en que puedo, participo, del ahorrar por mi cuenta. Es más, pienso que implica TANTAS ventajas a nivel personal que creo que es injusto socialmente que el mero hecho de ahorrar disponga de ninguna ventaja fiscal. Ventaja de la que por ahora, afortunadamente me beneficio. Pero de la que para nada dependo en el hecho-acto del ahorro.
Sobre vehículos-mecanismos-opciones en que concretar ese ahorro, ya depende. Una parte puede estar en cosas con riesgos de minusvalías ciertas. Otra, la parte destinada a lo previsional, sea mediante ahorro autogestionado, mediante fórmulas de seguros o mediante mecanismos de rentas vitalicias, lo único que hay de seguridad alta y sin (mucho) riesgo de minusvalías, son cosas armadas alrededor de deuda pública.
La materialización de los compromisos de las aseguradoras, o de las rentas vitalicias, o cosas así, siempre se arman sobre deuda pública.
Y ahí es donde iba la reflexión. Si lo más seguro que existe, en la realidad práctica, es deuda pùblica, sometida al albur de una decisión política de mera conveniencia, es que estamos vendidos a priori. Harán con nosotros lo que quieran, como quieran y cuando quieran.
Y fuera de esa materialización concreta de los ahorros en deuda pública, todo el resto de opciones realistas, razonables, accesibles, rentables, seguras y líquidas, es en alguno o múltiples aspectos peor opción.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!