Nuestra deuda esta sujeta a criterios de crecimiento, si bien no podemos obviar la interrelación entre nuestro crecimiento y el mundial, como forma de entender la llamada del FMI.
La balanza comercial española ha ido corrigiendo mediante reducción en importación y mejoría exportadora desde el 2007. La reducción, en el conjunto de países mas afectados importadores, ha repercutido en el volumen de pedidos en países exportadores, generando un efecto restrictivo en esas economías. Las cuales estaban llamadas a incentivar el consumo interno para generar un trasvase de activos hacia los países mas afectados. Esta idea, de solidaridad entre países, nació como respuesta a los problemas de desequilibrio por déficit, potenciando los superávit por cuenta corriente para poder usarlos en las exigencias y compromisos generados por las deudas públicas y privadas.
En el 2012 el crecimiento mundial se ralentiza, (España no se ha convertido en un exportador de la noche a la mañana) y la ola inercial incide en la balanza comercial, desacelerando la tendencia a la creación de superávit, debido a un menor movimiento en el comercio mundial, y entrando en una situación de menor crecimiento en exportación, lo cual genera dificultad para afrontar exigencias.
El tiempo, como factor de cumplimiento, es finito y determinado y la necesidad de superávit es acuciante. En tanto y en cuanto el tiempo discurra sin resultados, más nos acercaremos a solucionar los problemas de exigencia por otras vías.
Pienso que las correcciones están más cerca de la quita que de los superávit.
S2