Los inversores internacionales pronostican la repetición de elecciones en España
En primera fila: Salvador Garcia, socio fundador de Ebury; Rafael Serrano, consejero delegado de Prime Investors; y Remigio Barroso, socio del área de transacciones de EY (Ernst & Young). En segunda fila: Fernando Chueca, de Carlyle; Antonio Lorenzo, director de Lloyds; Antonio Barroso, vicepresidente de análisis político en Teneo Intelligence; y Rafael Calvo, socio de la firma de inversión MV Credit.IONE SAIZAREXPANSIÓN
POR ROBERTO CASADO / AMPARO POLOLONDRES
Los posibles comicios del 26 de junio, junto al referéndum sobre el 'Brexit' que se celebrará tres días antes, ponen en alerta a los grandes fondos.
La inestabilidad política va a dominar los mercados durante los próximos meses, según los analistas e inversores de la City de Londres, con el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE) y la posible convocatoria de otras elecciones en España como principales focos de preocupación antes del verano.
Los altos directivos españoles de bancos y fondos internacionales que participaron en el VII Encuentro de Expansión en la City de Londres temen que esa incertidumbre electoral pueda frenar la inversión y afectar al crecimiento económico en ambos países. Rafael Calvo, socio de MVCredit, señala que "el mayor riesgo actual en el mundo es político, más que económico, tras el impacto de la crisis en muchos estamentos de las sociedades occidentales. En el caso de Reino Unido, existe la posibilidad de que el voto del descontento apoye la salida de la UE y acabe triunfando el Brexit [salida de la UE], lo cual está creando una fuerte incertidumbre para los inversores en libras".
La fecha de la consulta británica es el 23 de junio, y las encuestas apuntan a una fuerte igualdad entre partidarios de seguir en el club europeo y los defensores del Brexit. En España, muchos analistas dan casi por hecho que se celebrarán unas nuevas elecciones el 26 de junio, tres días después del referéndum en Reino Unido. "El escenario político más probable en España en este momento es la convocatoria de otras elecciones en junio", apunta Antonio Barroso, vicepresidente de análisis político de Teneo Intelligence. "La única posibilidad de acuerdo es que la división interna en Podemos y su caída en las encuestas haga que este partido se abstenga y deje gobernar a PSOE-Ciudadanos".
Según Antonio Lorenzo, director general de Lloyds Banking Group y consejero delegado de Scottish Widows, "los partidos españoles y sus líderes no parecen dispuestos a cruzar las líneas rojas que se han marcado, lo que hace difícil un pacto que evite otras elecciones.
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Fernando Chueca, director del fondo de capital riesgo Carlyle, considera que uno de los problemas es que los nuevos comicios pueden arrojar unos resultados similares. "Existe una creciente polarización en la política y sociedad española que hace difícil alcanzar un acuerdo de Gobierno. Si hay nuevas elecciones, es muy posible que el reparto del Parlamento siga parecido, y la situación puede empeorar bastante hasta que se dé un catalizador para que los partidos se pongan de acuerdo". Antonio Barroso cree que "si hay nuevos comicios, es lógico que los partidos acudan con los mismos candidatos. Pero si los resultados son similares, habría una fuerte presión para realizar cambios de líderes y facilitar por fin acuerdos de Gobierno".
Según Rafael Calvo, "si hay nuevas elecciones en España, muchos votantes que apoyaron a Ciudadanos en diciembre podrían pensárselo al ver como albert Rivera se ha inclinado por un acuerdo con el PSOE antes que con el PP. En cualquier caso, es probable que el resultado siga llevando a una gran fragmentación del Parlamento".
La economía española parece estar resistiendo esta parálisis política, pero los directivos de la City temen un posible enfriamiento de la inversión. "La incertidumbre política puede afectar a ciertos inversores que ven demasiada inseguridad jurídica en España, no sólo en el Gobierno central sino también a nivel autonómico y local", indica Lorenzo. Para Remigio Barroso, socio de EY, "un problema para los inversores en España es que cada vez que cambian los gobiernos, sea a nivel nacional o local, pueden cambiar las reglas y las normas, creando incertidumbre para los inversores, especialmente los extranjeros".
Según Fernando Chueca, "la economía española puede seguir funcionando pese a la incertidumbre política porque muchas de las grandes decisiones macro se toman en el Banco Central Europeo o en Bruselas. Lo que sí se puede notar es un descenso de inversiones empresariales, especialmente en sectores dependientes de las decisiones o normas del Boletín Oficial del Estado (BOE) o de la licitación pública".
Rafael Serrano, consejero delegado de Prime Investors, confía en que las dudas electorales no frenen otros sectores menos regulados que tiran de la economía, como el turismo. "En España puede suceder como en Italia, donde existe una divergencia entre las decisiones de los inversores que mueven la economía y la situación política. Ahora mismo, se está produciendo un fuerte interés y llegada de inversores a sectores clave de la economía española como el turismo, que se plasma en operaciones históricas de compra de hoteles en ciudades como Madrid. De hecho, España tiene una gran oportunidad para fortalecer su industria turística e inmobiliaria, gracias a su situación geográfica estratégica, su excelente infraestructura y ante la inseguridad en otros países del norte de Africa y del este del Mediterráneo, que esperemos que no se vea frustrada por las disputas políticas y la incertidumbre electoral", dice Serrano.
Otra industria que podría desarrollarse en España es la tecnológica, apunta Salvador García Andrés, consejero delegado de Ebury Partners. "España tendría una oportunidad para atraer multinacionales tecnológicas, por sus costes menores que en ciudades como Londres, sus infraestructuras y su calidad de vida. Pero no veo muchas empresas que piensen en ello, antes miran al este de Europa o a Dublín. La mejora de la educación y ciertos incentivos fiscales ayudarían a atraer a esas compañías".
Según Remigio Barroso, "España tiene una red de infraestructuras inmejorable que además de servir para potenciar el turismo, podría servir como polo de atracción para que empresas multinacionales trasladen sus operaciones a ciudades como Madrid, Barcelona, Alicante o Málaga".
Ello es difícil, a juicio de Antonio Barroso, por la disparidad política. "Sería positivo alcanzar un cierto consenso político sobre el futuro modelo económico que requiere España, pero los partidos también están divididos sobre ello, como demuestran sus diferencias programáticas sobre cómo desarrollar la economía del conocimiento".
Al menos, esa división también política también evitará deshacer las mejoras ya realizadas, opina Antonio Lorenzo. "Sea cual sea la solución política en España, la ortodoxia económica va por un camino claro y será difícil que las reformas de los últimos años sean canceladas. Incluso en Francia, con un Gobierno socialista, se está intentando reformar el mercado laboral".
Ahora mismo, el mercado parece estar más preocupado por el referéndum británico sobre la UE que por el bloqueo electoral español, como demuestra la depreciación de la libra frente a otras grandes monedas durante las últimas semanas. "Confío en que Reino Unido decida seguir dentro de la UE, ya que los partidarios del Brexit no han aclarado cuál será el modelo de relación económica que tendrá el país con el resto de Europa si se da ese escenario. Ello crearía una enorme incertidumbre en la economía británica si vence esta opción", indica Chueca.
García Andrés cree que "los británicos son conscientes de que salir de la UE sería un divorcio muy duro, pero los que no creen en el proyecto europeo y ven que éste se puede romper, disponen ahora de una ventana para salirse. La divisa ya recoge parte del riesgo del Brexit, con lo cual el referéndum no debería retraer mucha inversión en el país".
Pese a que las encuestas apuntan a una fuerte igualdad en la consulta, la mayoría de inversores confía en la permanencia en la UE. Según Serrano, "buena parte del debate sobre el Brexit se debe a que los británicos ven como más decisiones son tomadas por una burocracia en Bruselas sobre la que no tienen control. Los referéndums son peligrosos porque el resultado puede ir en cualquier dirección, pero es una incertidumbre que va a ser relativamente corta para los inversores, de tres meses, y luego el país puede salir reforzado si se mantiene en la UE. En caso de Brexit, uno de los mayores problemas puede ser lo que suceda dentro del Partido Conservador británico, ya que una escisión crearía una enorme inestabilidad política en el país durante el resto de legislatura del primer ministro David Cameron".