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Los sindicatos ya no tienen credibilidad

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Los sindicatos ya no tienen credibilidad
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Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Ya no tienen credibilidad: UGT pierde afiliados y CCOO frena las adhesiones
■El descontento en las filas de UGT provoca la salida de un 10% de afiliados
■Con la llegada de Toxo a CCOO, el crecimiento de cuotas cae un 9%

Canido Méndez, secretario general de UGT y Fernández Toxo, secretario general de CC.OO.
Los sindicatos en contra de la reforma laboral
"Es necesario que los sindicatos sean independientes de la política", afirma un miembro destacado de la Unión General de Trabajadores, que, desencantado por la actuación de su organización, denuncia "la profunda crisis" por la que atraviesa su sindicato. Y es que la crisis económica, en lugar de aumentar la afiliación sindical como ha sido habitual en las coyunturas anteriores, está mermando la capacidad de los sindicatos para atraer a trabajadores.
Así lo confirman los datos facilitados por la afiliación de la Confederación Sindical Internacional (CIS) de finales de 2009, que enmarca la adhesión a los sindicatos en 1,2 millones de afiliados para Comisiones Obreras, por lo que continúa manteniendo el liderazgo y su posición como fuerza sindical mayoritaria, 810.000 afiliados para UGT, seguidos por ELA, con 115.000, y USO, con 110.000 afiliados.

La adhesión se tambalea
Así las cosas, el sindicato de Cándido Méndez registra una caída de casi un 10% en relación con los datos de 2005, cuando la organización registraba 888.414 cuotas de afiliados, según datos del propio sindicato. Mientras que la for- mación liderada por Ignacio Fernández Toxo, aunque no ha perdido adhesiones, sí está sufriendo un frenazo en el crecimiento de sus afiliaciones.

En los años 2006 y 2007, CCOO registró una subida de afiliación del 4,5%, incrementando el ritmo hasta el 9% en 2008, cuando a finales de ese año recogía un balance de 1,2 millones de cuotas de afiliados. De hecho, estos resultados fueron el aval que presentó José María Fidalgo en el IX Congreso celebrado el pasado 19 de diciembre de 2008. No obstante, el resultado de 2009 no ha sufrido ninguna mejora y continúa estancado en los 1,2 millones, según datos ofrecidos por la organización.

Evidencia de ello es que meses después de que llegara Toxo a la secretaría general de Comisiones Obreras, la organización retiró un cartel informativo de la puerta de la sede central, que se encuentra en Madrid, en el que durante toda la etapa de Fidalgo se informaba de la evolución de afiliaciones.

En crisis, debería subir la cifra
Con la llegada de la crisis económica, los sindicatos se convierten en la única opción de muchos trabajadores para negociar los cambios que implica la situación económica en sus condiciones laborales, así como para defender su puesto de trabajo. Y es que durante 2009, los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) se multiplicaron por cinco, alcanzando casi los 500.000 expedientes, y la negociación salarial se complicó hasta tal extremo que, a finales de 2009, pudimos ver amplias baterías de huelgas en sectores como el Metal. Todos estos factores influyen en un aumento de la conflictividad laboral.

De hecho, las horas de trabajo perdidas en España durante los meses de enero y febrero de 2010 ascendieron a 5.635.122, como consecuencia de las 230 huelgas conta- bilizadas, según los datos del informe sobre conflictividad laboral realizado por CEOE. Respecto al mismo periodo de 2009, el número de huelgas creció un 85,48%.

"En momentos de crisis, la duración de las adhesiones son muy cortas. Los trabajadores que tienen problemas se afilian durante cinco o seis meses hasta que resuelven su conflicto, después se quitan", explican miembros de las organizaciones de trabajadores. Esto supone que, a pesar de responder a afiliaciones cortas, el monto de inscripciones aumenta susceptiblemente. Por ejemplo, durante la crisis de 1993, CCOO mantuvo un ritmo de crecimiento aproximado al 2% durante toda la coyuntura.

Además, si el trabajador acaba en el desempleo, los sindicatos mayoritarios dejan a estos afiliados exentos de pagar la cuota durante varios meses o con una fuerte reducción del coste. Después, si todavía no ha encontrado trabajo, en el caso de UGT, se beneficia de una rebaja del 75%, por lo que tan sólo pagará 2,5 euros de forma mensual. En situaciones normales, la cuota de este sindicato es de 10 euros al mes, según explican fuentes de las secretarías de organización.

Desencanto por los sindicatos
No obstante, la actuación de estas fuerzas históricas en esta crisis ha frenado el ritmo de afiliaciones e, incluso, en UGT ha causado pérdidas. Y es que el inmovilismo que han demostrado estas organizaciones durante la coyuntura les ha pasado factura. "Las huelgas nunca se hacen porque haya crisis", respondía Ignacio Fernández Toxo, cuando le preguntaba si iban a salir a la calle para protestar en contra de la actuación del Gobierno.

El desencanto que sienten los ciudadanos por los sindicatos no sólo se percibe en una caída de afiliaciones, sino también en el seguimiento de sus concentraciones. Esto se puso de evidencia en la convocatoria de huelga de la Función Pública, que denunciaba la rebaja de sueldo de los funcionarios. El paro sólo tuvo un seguimiento del 11%, según cálculos del Gobierno.

Además, la huelga de Metro de Madrid, en la que no se han respetado los servicios mínimos, organizando así un fuerte caos en al capital del país, fue un punto de inflexión para la percepción de los representantes de los trabajadores por los ciudadanos. "Los sindicatos no quieren hacerle la huelga a Zapatero, ahora dicen que la harán el 29 de septiembre y mientras tanto a Esperanza Aguirre se la hacen ya y total", clamaba un ciudadano afectado por la huelga de Metro.

Después de dos años de crisis, el descontento también se empieza a asentar dentro de los propios sindicatos, sobre todo en UGT, donde algunos representantes de importantes sectores han manifestado la necesidad de actuar en varios comités celebrados. No sólo piden que se convoque una huelga, sino también que se establezca cierta distancia con el Gobierno.

Y es que Cándido Méndez ha sido uno de los grandes apoyos del presidente del Gobierno para garantizar la paz social durante una de las mayores crisis económicas que ha vivido nuestro país. José Luis Rodríguez Zapatero ha mantenido al líder ugetista totalmente informado de todas sus actuaciones. De hecho, ya es sabido, tal y como publicó este periódico, que el mismo día que el Gobierno anunció el plan de ajuste, que recortaba protección social, Zapatero telefoneó al representante de UGT minutos antes de presentar las medidas en el Congreso. Por supuesto, la respuesta sindical a este recorte se plasmó en una manifestación, que tampoco encontró demasiado seguimiento.

"Muchos de mis compañeros de la UGT, que han estado afiliados toda la vida, ahora prefieren dar ese dinero a alguna ONG y se han desapuntado", apunta un miembro del sindicato, que explica que los núcleos de fuerza de la organización son Asturias y Andalucía y "están sumidos en una fuerte crisis". "Los valores sindicales han cambiado y ya no dicen nada a las jóvenes generaciones" explica. "Se debería mantener la independencia".

Eso sí, la prueba definitiva para los representantes de los trabajadores será la huelga general organizada para el 29 de septiembre, con la que se pretende frenar la reforma laboral aprobada por el Ejecutivo.

Los sindicatos ya no tienen margen para registrar un nuevo fracaso. Para asentar su liderazgo deberían repetir el paro de 2002, cuando José María Fidalgo, al frente de CCOO, junto a Cándido Méndez, pararon el país el mismo día que España, que ostentaba la presidencia de la UE, acogía un Ecofin.

#2

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Menos mal que se empieza a ver por todos de que lado trabajan los sindicatos...

#3

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Para lo mal que lo han hecho demasiados afiliados tienen aún esta panda de aprovechados, que aún tienen fuerzas para seguir engañando a bastantes trabajadores.

Se les ha visto el plumero demasiado y es extraño que aún les sigan muchos trabajadores.S2

#4

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

¿Alguien lo duda?, estamos ante la mayor estafa en contra de los propios trabajadores por quien dicen defenderlos y encima con las primas que el gobierno les otorga.
Me resulta extraño que nadie quiera coger el toro por los cuernos, porque todo huele a podrido. Todo está amañado y los réditos no pueden estar tan descaradamente decantados hacia sus propios beneficios.
Sólo nos queda una concienciación reflexiva por parte de los trabajadores por cambiar o de sindicatos o de protestas, porque estos desde luego solo se defienden a ellos mismos y sus intereses.
Toda la vida criticando a los sindicatos verticales y estos los han reemplazao y se han convertido en los nuevos dictadores del sistema laboral.

Saludos y enhorabuena.

#5

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Parece ser que se les ha acabado el engañar a los trabajadores

#6

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Pero cuando empieza la marcha atrás, veremos si son capaces de pararlo

#7

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Cada vez hay mas gente que se da cuenta de que son unos vendidos

#8

Re: Los sindicatos ya no tienen credibilidad

Me alegro enormemente de ver como los afiliados del Coco y del Ojete se dan cuenta de los intereses que tienen los sindicatos y que les importa muy poco los trabajadores, quitando casos locales del municipios en los que los sindicatos si que hacen algo,porque a nivel estatal son unos vendidos en toda regla