Es cierto que el Islam abarca todos los aspectos de la vida, pero esto, e insisto en que yo no defiendo ninguna religión, no es intrínsecamente malo ni es una cuestión insalvable para poder convivir. Turquía, a pesar de los prejuicios que podas sentir contra ella, sería un buen ejemplo.
El tema de los moriscos es muy interesante. Fueron obligados a bautizarse por la fuerza, lo que, evidentemente, no ayudó a una convivencia demasiado buena con los nuevos dueños de esas tierras. Tanto recelo no podía acabar bien y terminó con su expulsión por orden de Felipe III, al igual que antes se había expulsado a los judíos. Era práctica habitual segregar, apartar y estigmatizar, a todo aquel que no era como la mayoría. Afortunadamente nuestra sociedad ha cambiado mucho desde entonces.
En cuanto al halal, las normas de preparación de alimentos, es algo parecido al kosher judío, y no creo que tenga nada de malo el hecho de tener una normas que mejoran la calidad e higiene de la comida. En esto incluso podríamos aprender algo de ellos.
Mahoma efectivamente se caso varias veces, incluso con una niña mucho menor que ella. Si le aplicásemos nuestro Código Penal (en un magnífico ejercicio de anacronismo jurídico) iría preso, él y Ramon Berenguer IV de Barcelona y unos cuantos más personajes históricos propensos a casarse con jovencitas.
Estoy de acuerdo contigo que hay que conocer los orígenes. Los orígenes de los conflictos y de la intolerancia, para poder evitar que se repitan y a ser críticos no solo con los que tenemos enfrente sino con nosotros mismos.
He mencionado en un post anterior que sería bueno reflexionar por qué aumenta el islamismo radical, pero veo que también sería bueno reflexionar sobre por qué aumenta el anti-islamismo radical. ¿Será que se retroalimentan? ¿Será que todos partimos de tópicos insalvables llevados a la categoría de “verdades”? Yo no tengo respuestas.
Insisto en una cosa, no defiendo ninguna religión, todas (o al menos las tres grandes religiones monoteístas) me parece que parten de un error de base: la pretensión que tienen cada una de ellas de ser la única y verdadera fe. Eso les hace tener una naturaleza intolerante que algunas, a fuerza de años y a fuerza de revoluciones y evoluciones, se han visto obligadas a ir escondiendo en el armario (la intolerancia, me refiero).
En lo personal no admito que ninguna religión, o jerarca religioso, me diga como tengo que vivir, con lo que seré igual de beligerante contra todas, ya sea contra Rouco Varela enardeciendo a las masas contra el peligro del laicismo o contra el Imán de turno haciendo discursos parecidos.
En cuanto a lo de las patrullas parapoliciales de vigilancia en algunos pueblos de Catalunya, ya me dirás donde las has visto, más que nada para poder denunciarlo a las autoridades competentes.
Un saludo