Gracias por tus palabras de apoyo.
Aunque suene a pereza.
Creo que hay dos puntos importantes, autenticamente revolucionarios:
1º - No hacer horas extras: lo que obligaría a los empresarios a contratar a más gente para hacer el mismo trabajo.
Las horas extras representan el 20% del tiempo trabajado, por lo que prácticamente se elimina el paró.
De todos es sabido que el capitalismo necesita de un remanente mínimo de un 10% de paro para tener siempre mano de obra disponible.
Cada hora extra que hacemos, es un dinero que le restamos a los parados, es como si hiciéramos un acto solidario de un mínimo de 1.500 euros al año, si dejamos de hacer una hora extra cada día
De 3.000 euros, si son dos horas extra cada día
De 4.500 euros, si también trabajamos el sábado por la mañana
De 6.000 euros, si trabajamos todo el sábado
Trabajando los domingos asciende al 9.000 euros
No hay mejor forma de poner la soga al cuello de los compañeros obreros, que realizando horas extra. Es como si los trabajadores tuviéramos a nuestra disposición un sindicato o Ong que sin estar organizada tuviera capacidad para acabar con el paro obrero
Otros efectos adversos de la realización de horas extras es que:
- Se estancan los salarios
- Debido a la reiteración de su práctica, se abarata su precio, y se le quita su cualidad de hora extraordinaria, para convertirse en hora ordinaria.
- El tiempo que restas a tus actividades familiares y de ocio. Con lo que pasan a formar parte de un fin y no un medio. En caso contrario, si nadie realiza horas extra, estas multiplicaran su valor. Consiguiendo en un par de horas mas dinero, que ahora requieren 10 horas.
- Ello también obligaría al empresario a organizar mejor el trabajo. Ya que en la actualidad, solucionan su incapacidad organizativa y productiva dentro del horario laboral, con las horas extra realizadas por los trabajadores fuera de su horario.
La incapacidad de los sindicatos para entender el problema de las horas extras, viene marcada por su tendencia doblegarse a los intereses del libre mercado:
- División del carácter reivindicativo en infinidad de gremios y sectores, a fin de no hacer causa común “divide y vencerás”. Cada gremio que se las apañe como pueda.
- El control de la efectividad de la huelga, a través de la concertación de los servicios mínimos, a fin de que la huelga pierda toda su eficacia como medida de presión sobre las empresas y la administración.
- La perdida del espíritu participativo y reivindicativo de la huelga, dotando de las mejoras conseguidas a través de la huelga, tanto a quien participa en ellas, como a quien no.
En cualquier caso, hay que tener presente, que en la historia de los estatutos del trabajador y las reivindicaciones sociales, ha ejercido más fuerza para la firma de las mejoras: el descenso de la natalidad, que todas las huelgas y mesas de negociación. Así, en economía, se da una formula matemática: cuanta menos natalidad en un país, mayor aumento de la calidad de vida de sus habitantes; cuanta mayor natalidad, mayor precariedad de sus habitantes
2º- Tener un solo empleo, ya que de otro modo:
- Le estas quitando a otro trabajador parado su modo de subsistencia.
- Aumenta la mano de obra disponible y abaratan su coste
- El trabajo es la vida, no hay tiempo fuera del trabajo, por lo que la vida se convierte en esclava del trabajo. El progreso se convierte en una fuente inagotable de trabajo no de bienestar.
Salud y creatividad