Para entender la contumacia de Catón en su coletilla basta conocer la situación de su mundo en su tiempo.
Estimado contertulio Ankaser, Catón veía claramente el peligro y proponía eliminarlo en todas sus intervenciones en el Senado para que nadie distrayese su atención de lo que verdaderamente importaba a Roma para que ésta pudiera sobrevivir: Destruir Cartago.
No estoy seguro que el mundo que construyeron nuestros abuelos a base de hambre y sacrificio, ese mundo que intentamos apuntalar nosotros en los 70, llegue a nuestros hijos. No era el mejor de los mundos, pero daba pie a la esperanza porque se cosechaban logros. Ya casi han acabado con él estos lacayos sin alma del capital salvaje. Quizá podamos salvar algo y reconstruirlo si acabamos con la clase parasitaria primero y con sus amos después ¿crees que se apartarán sólo con protestas que se pasan por el forro, piensas que cederán sus privilegios? Ojalá los ahoguemos con voces, pero me temo que se necesitaría algo más que un jaleíllo para eso.
¿Hasta dónde llegarán si no los paramos? Soy contrario a la violencia, pero ellos no cesan de violentarnos amparados por su legalidad y no se les ve intenciones de cejar sino todo lo contrario. Sinceramente, no veo buen arreglo. A Cartago hay que destruirla por las buenas o como sea.
Ojalá se extienda la ciberdemocracia que tímidamente se implanta en Islandia. De momento sólo sirve para decisiones importantes, pero por algo se empieza. Ninguna norma de trascendencia debería ser adoptada sin tener en cuenta a TODOS y cada uno de los ciudadanos, existen los medios y son muy baratos.
Es posible acabar con los parásitos (políticos) simplemente ignorándolos. Para esto falta educación y ellos no la van a proporcionar.
Lo que quiero decir con esa frase es que hay que acabar con los políticos y su partitocracia. Como sea. Antes de que nos liquiden.
Saludos.