Quien acaba de jubilarse tiene que hacer una serie de trámites para poder cobrar la pensión. Lo primero suele ser solventar el papeleo con la empresa, y luego, toca ponerse en contacto con la
Seguridad Social para gestionar ya esa pensión. Y aquí surgen los problemas, empieza la
gymkana. Hasta no hace mucho, en siete u ocho días se gestionaba, ahora se tardan unos tres meses. Pero no solo pasa con las pensiones.
Cualquier trámite con la Administración es un quebradero de cabeza.
Hay que armarse de pacienciaespecialmente si llamas por teléfono a la Seguridad Social. Las líneas están colapsadas todo el día. Está también la opción de
Internet, aunque es cierto que para muchos mayores sigue siendo un terreno aún demasiadoárido. Y la atención presencial -que te atiendan en una oficina- es casi un lujo. Hay un dato que ilustra bien el colapso: ya el año pasado,
hasta 4 millones de ciudadanos dejaron de ser atendidos por este atasco en la Administración.
Los funcionarios de la Seguridad Social se quejan de que falta personal, de que la plantilla se ha recortado de forma drástica en los últimos años, en concreto,
se ha recortado un 21% en la última década y la carga de trabajo no para de aumentar. 24.000 funcionarios tramitan casi 10 millones de pensiones, una decena de subsidios y ayudas, como incapacidades temporales, maternidades, paternidades, más ese Ingreso Mínimo del que hablábamos.
La edad media de los trabajadores de la Seguridad Social es de 59 años, eso da idea de que se han ido jubilando esos trabajadores y no ha entrado personal. Y está previsto que en cinco años se jubile el 28 % de la plantilla, y en unos diez años un 36% adicional, es decir, casi dos tercios de la plantilla actual, según datos de
CSIF, que es el sindicato más representativo en las administraciones públicas.
El drama de Amadeo con la pensión
Hay afortunados -vamos a decirlo así- que, tras infinidad de intentos, logran una cita presencial, pero tienen que esperar un mes o mes y