Mis problemas son muchos, pero no viene a cuento mencionarlos todos. El principal es mi padre, quien no podrá tener su tierra hasta que no se resuelva esto, y a mí me atormenta que a su edad y, con problemas cardíacos esté con esa frustración. No lo asume el hombre.
Otro problema es que siempre fuimos una familia bien avenida y cuánto más se alarga este asunto, más nos enfrentamos.
Y por lo demás, efectivamente, no tengo ninguna esperanza de recuperar nada de esa casa, ni del local. Y el dinero, como tú apuntaste, yo ya lo utilicé en su mayor parte para el IDS, por lo que tampoco me inquieta.
Y la tierra no la voy a vender, pero ni ahora por el usufructo, ni nunca. Y no porque no quiera, que a mí me pilla muy lejos y me es muy ajeno el campo. Pero me supondría otro dolor de cabeza con mis hermanos y paso.
Como ya dije, lo mejor para mí hubiera sido renunciar. Pero pensando en mí padre no era una opción.